
Tras romper la barrera de los 70 dólares el barril a uno y otro lado del Atlántico, ante la estabilización de algunos indicadores macroeconómicos, el oro negro ha vuelto a caer hasta los 65 dólares el barril.
La percepción del mercado es que con estos niveles en el precio del petróleo, los países productores se encuentran cómodos en materia de costes (extracción, refinamiento...), más aun teniendo en cuenta que cuando se encontraba en torno a los 40 dólares el barril, algunas plantas petrolíferas eran insostenibles.