Bolsa, mercados y cotizaciones

No matarás (a la "C de Barack")

Gran ayuda la que me ha prestado el mercado esta semana, situando a las bolsas en una situación que no amenaza la idea más importante que he transmitido desde esta tribuna

Me llena de orgullo, ya lo he escrito en alguna ocasión, encontrarme con algún cliente o lector en cualquier lugar al que acudo a dar una charla y que me haga responsable de haber salvado su cartera con la debacle de 2008. Haber sido un bajista cuando tocaba cumplió con una de las misiones que debería tener cualquier persona que pretenda gestionar capitales o ayudar en la gestión de éstos: protegerlos. Pero aún me llena de mayor satisfacción saber que mi idea de la "C de Barack" ha contribuido a que muchos hayan sido capaces de aprovechar una oportunidad que puede acabar siendo histórica -siempre insisto en que la auténtica dimensión de los asuntos sólo se conoce a posteriori, y que por ello conviene pensar siempre en términos de lo impensable-. Proteger y servir.

Si salir del mercado alcista fue complicado porque una gran parte del análisis no quiso ver la posibilidad de un mercado bajista -sabemos lo mucho que les cuesta a los analistas de empresa hablar mal de aquello de lo que viven-; en esta ocasión no ha sido fácil tampoco pensar en lo impensable para comprar contra tendencia cuando los héroes de cada desplome, los analistas técnicos, han sido manifiestamente bajistas. Como advertí en marzo, el problema de éstos era básicamente el que tienen las personas con el síndrome de Estocolmo: están felizmente secuestrados -en este caso por una tendencia que nos había venido haciendo el trabajo más bien fácil-.

Tras los violentamente inesperados acontecimientos de esta semana, tras la desarticulación de un temible comando de los bajistas -¡Y a fe de Dios que venía bien armado!-, la "C de Barack", la idea de un gran suelo a largo plazo que defiendo desde marzo con uñas y dientes, empieza a ser algo más que un sueño; y conviene empezar a darse cuenta de que pronto podría estar apoyada por cosas muchísimo menos discutibles. Sin duda, haber dedicado mi tribuna de nuevo a esta idea analítica la semana pasada pese al desplome, defendiendo su validez pese a la posibilidad de una corrección en profundidad del tramo alcista previo, parece un acierto en términos de timing de mercado. Hay toros que hay que salir a torearlos, y son precisamente aquellos con los pitones más largos.

Toma cuerpo el giro tendencial

Los que han sostenido que era necesaria una corrección en profundidad del alza previa se han topado con una semana que es la encarnación de sus peores pesadillas. Primero negaron la posibilidad de una vuelta en "v", luego hablaron de la necesidad de una gran corrección. Imposible y necesario son dos palabras que los que tratamos con algo tan incierto deberíamos intentar erradicar de nuestro vocabulario. ¿Cómo iban a existir en tal caso los cisnes negros?

No voy a negar que, como corrección en tiempo, lo visto no me convence del todo, pero con índices como el Nasdaq o el Ibex 35 marcando máximos, no voy a ser yo el que diga que no podemos estar en la fase de confirmación de patrones de vuelta más amplios que vendrían a relevar a las vueltas en "v" de marzo sin que el perfil de las mismas se haya desdibujado. Poco común, innecesario si usted quiere, pero siempre ha sido un escenario posible. Y rompiendo los máximos del mes pasado con claridad, no quedaría otra que hablar de ello o dar por buena una vuelta en cabeza y hombros invertido -hchi-. En índices como el Eurostoxx 50, el Ibex Top Dividendo o el Cac 40, resultaría complicado discutir su harmonioso desarrollo.

Se han reforzado mucho los alcistas. Primero, evitando una corrección en profundidad -¿por qué íbamos a necesitarla, he escrito, con las amplísimas vueltas que presentan el Nasdaq, el Bovespa, el Nikkei o el Shangai Index?-. Segundo, sentando las bases para un asentamiento de la idea de mercado alcista en tendencia en caso de que tengamos generalizadamente lo que ya presenta nuestro intuitivo Ibex 35: la ruptura de la primera zona de máximos decrecientes establecida por el mercado bajista previo; o sea, la confirmación de ruptura en dicha estructura de precios.

Para tener una cartera de nuevo a velocidad de crucero, como a principios de marzo o abril, quizá merezca la pena esperar a que se pueda confirmar generalizadamente la ruptura -y muchos índices están aún a un importante trecho de lograrlo-, pero sin duda hay que haber elevado la exposición o ver los eventuales retrocesos de muy corto plazo como una oportunidad para hacerlo; y no tener que hacer así todos los deberes en el último momento. Hacerlos a tiempo es lo que permite disfrutar de la piscina...

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