El segundo semestre se presenta francamente complicado para unos inversores que tienen que conciliar una economía que no termina de arrancar con un meteórico rally de las bolsas desde marzo que parece difícil de sostener.
Ahora mismo, los metales preciosos y otras materias primas sensibles al dólar parecen las apuestas más atractivas de los gestores de carteras. Pero cada vez hay más temores sobre qué vendrá después de 'rally de la basura' del segundo trimestre, en el que la subida mayor ha sido para los valores más castigados previamente, sin importar sus fundamentales.
El mejor escenario posible, según los analistas, es una corrección prolongada del rally de primavera seguida por un rebote que llevará al mercado por encima de sus máximos actuales. Pero ya no subirán todos los valores por igual, sino que los inversores seleccionarán muy bien las empresas de calidad (las que registren un crecimiento sostenible de sus resultados) de las que sólo han subido porque habían bajado mucho.
Para empezar, no está nada claro cómo será la recuperación económica: aunque todo el mundo cree que la recesión ha tocado suelo, el mercado ha descontado una recuperación en V, y ahora empieza a darse cuenta de que puede ser mucho más lenta y difícil.
Otro elemento de incertidumbre es el choque entre la mejoría de algunas áreas de negocio y la continua destrucción de empleo, como evidenció el dato de paro del jueves. De hecho, algunos asesores recomiendan salirse del mercado y mantenerse en liquidez hasta que las cosas se aclaren.
A juicio de Matthew Tuttle, propietario de su propia firma de inversión, el actual rally no puede durar mucho más porque la recuperación de la economía sólo tiene detrás el gasto público, y eso no durará siempre, porque se crearía otra burbuja.
Comprar en las correcciones: sí, pero...
Lo que es innegable es que los sectores más castigados, como la banca, han sido los impulsores del rally desde los mínimos de marzo. Y así, no es extraño que el famoso índice VIX de volatilidad continúe mostrando miedo en el mercado. A corto plazo, Tuttle está esperando una corrección que ofrezca un punto de entrada al mercado, pero a más largo plazo prefiere mantenerse en liquidez hasta que la economía muestre un crecimiento real y no una mera mejora desde el abismo de la recesión.
Un movimiento que tiene un apoyo casi unánime es la compra de materias primas, en especial los metales preciosos, aunque también hay buenas perspectivas para el cobre y el níquel. También hay ahora mismo una fiebre por las empresas fabricantes de estas materias. Una de las razones que explican esta subida es la debilidad del dólar derivada de las fuertes necesidades de financiación del Gobierno de EEUU. Pero también hay una creciente convicción en que la demanda mundial del oro, en especial, va a seguir subiendo.
La reactivación del crecimiento de los países emergentes también es un fenómeno alcista para las bolsas, por su efecto beneficioso en la demanda mundial. Hubo un momento de miedo en que se pensó que la historia de la globalización se había acabado, pero se ha demostrado que es una falacia porque siguen construyendo infraestructuras y formando una clase media.
"Después del rally que hemos tenido, los inversores individuales que ven subir las cotizaciones no podrán frenarse. Los gestores que se han perdido todo el movimiento están esperando para entrar en las correcciones", señala Jordan Kimmel, estratega de National Securities. Pero, aunque esa estrategia de comprar en los recortes sea popular, la clave es la convicción (el dinero) que acompañará esas compras.
Y finalmente, está la preocupación por los posibles efectos colaterales de todo el estímulo del Gobierno para revitalizar la economía. La estanflación (falta de crecimiento con inflación) comienza a aparecer en muchos informes como la gran amenaza.