El nuevo plan del regulador británico (FSA, por sus siglas en inglés) refleja que está decidido a cambiar el comportamiento de las firmas que operan en el mercado británico, ya que asegura que muchas de éstas están fallando sistemáticamente en la mejora de sus estándares de actuación. Además, se quiere asegurar de que las multas que impone reflejan mejor la escala de fechorías y beneficios que extraen las firmas de su incumplimiento de la ley.
Según la nueva propuesta de ley de la FSA, las multas impuestas por el regulador estará más ligadas, entre otras cosas, a los ingresos de la compañía. Así, la multa sería del 20% de los ingresos de la línea de negocio en la que se ha producido la infracción. En caso de abuso, pero no de mercado, por parte de un ejecutivo o broker individual, el castigo puede ascender al 40% de su salario y sus beneficios (incluyendo bonus). Si el abuso es de mercado, la multa será como mínimo de 100.000 libras (116.100 euros).
La penalización total impuesta a las compañías o los individuos que cometan actividades ilícitas también tendrá en cuenta otros factores. Margaret Cole, de la FSA, afirma que "estas propuestas suponen un paso muy importante, haciendo daño donde más duele, en el bolsillo de empresas e individuos en el impulso del carácter disuarorio de nuestra institución. Las multas serán ejemplarizantes para otros, les ayudarán a hacerse una idea de lo que pueden esperar si deciden saltarse las reglas
", recalca Cole.
El nuevo plan también contempla, entre otras cosas, la retirada de los beneficios conseguidos mediante o a raiz de la infracción, considerar los factores agravantes y mitigantes y establecer una cifra que refleje la naturaleza, impacto y seriedad de la infracción. En octubre se cerrará el período de consulta de este nuevo marco y las nuevas directrices se aplicarán a partir de febrero de 2010.