
Uno le cedió su condición al otro con la caída de Bretton Woods en los años 70, pero siempre han competido por el sobrenombre de ser el activo refugio por excelencia. Y en esa competición persisten. Lo habitual es que cuando el dólar se aprecia, el oro caiga y viceversa.
Por eso, en los últimos días el éxito del billete verde ha actuado en contra del metal amarillo. Uno se ha apreciado respeto a otras divisas -en el gráfico aparece la evolución respecto al euro- y eso ha provocado un descenso en el precio del oro, que cotiza ahora en la zona de los 925 dólares. Un nivel que le aleja un poco más de sus máximos en 2009 -llegó a intercambiarse por encima de los 990 dólares-, pero que en opinión de los expertos abre una brecha de oportunidad para aprovechar las posibles alzas que pueda lograr el lingote, tanto en 2009, como en 2010.
Mala evolución del oro
De acuerdo con el consenso que recoge FactSet, a pesar de la mala evolución del oro en los últimos días, las firmas de inversión han elevado su previsión de precio para este metal precioso tanto para 2009 como para 2010. Así, la previsión media entre quienes en las últimas cinco jornadas se han replanteado cuál es el futuro del año es que éste alcanzará los 929 dólares este ejercicio -lo que implica una subida adicional sobre estos niveles de menos de un punto porcentual-, pero que se puede ir por encima de los 970 dólares el año que viene. No obstante, si bien para este ejercicio solamente Raymond James espera que el oro se coloque a 1.000 dólares la onza, esta expectativa se incrementa cuando se pasa la página hacia el calendario del año que viene. Entre los 13 analistas que han cambiado sus previsiones para 2010 en la última semana, cinco colocan su precio objetivo a ese precio, o por encima. Los demás establecen una valoración superior a la actual.
En cualquier caso, de lo que verdaderamente se puede beneficiar el oro es de que vuelva a incrementarse el sentimiento de riesgo de la bolsa o que se produzca un entorno inflacionista. Marcó justo su récord en febrero, -cuando la crisis bursátil se encontraba en su punto más álgido. Cualquier sintomatología de que de los brotes verdes se han secado sería bueno para este metal, igual que si las medidas que se han tomado para reactivar las economías empujan al alza la inflación, ya que el oro se utiliza como un activo con el que conservar el poder adquisitivo en este entorno.
En España, existen muchos productos de inversión con los que aprovechar la evolución del oro, entre ellos los contratos por diferencias (CFD). Casi todos los emisores extranjeros que operan en España lo ofrecen, ya que junto al tipo de cambio dólar/euro y el petróleo, es uno de los activos sobre los que más se opera. Habitualmente, se pueden contratar dos tipos de contratos. El normal, que requiere un desembolso de garantías más alto ya que el capital inmerso en la operación también lo es, pero que permite obtener mayores ganancias (evidentemente también se pueden sufrir mayores pérdidas), y el mini, con el que se pone en riesgo menos capital. Además, el CFD es un producto flexible, ya que ofrece la posibilidad tanto de ganar si el activo sube, como si cae, porque se puede operar a la baja.