Bolsa, mercados y cotizaciones

Esta vez puede ser la buena

La tecnología goza de mejores argumentos para sostener la recuperación aunque la temporada de resultados sea crucial para demostrarlo

En lo que llevamos de enero, el Nasdaq 100 ha subido un 4,9%, mientras que el Dow se ha anotado un pobre 0,9%. La diferencia no es para tirar cohetes, pero basta para reactivar las esperanzas de un despertar de la tecnología.

Sabemos que no faltan los argumentos técnicos para ello. Después de dos meses de movimiento lateral, el sector tecnológico ha conseguido superar la semana pasada una resistencia crucial y romper al alza una figura de continuidad alcista en doble suelo. Y lo ha hecho, además, dejando un importante hueco que se respetó al cierre semanal. No nos podía mandar una señal de compra más clara, y la buena salud del sector nos muestra que los valores tecnológicos podrían tomar el mando después de la debilidad mostrada en la última parte de 2006 en relación con el Dow Jones Industrial.

Claro que los inversores con memoria se van a tomar estas buenas vibraciones con algo de escepticismo: ¡A un gato quemado le viene mal el agua fría! Los lectores de Bolságora se acuerdan de las esperanzas de 2004, cuando el despegue brutal del Nasdaq auguraba un 2005 glorioso. Pero asistimos al fracaso de un sector que no supo continuar tras una salida al estilo de Fernando Alonso.

En 2006, bis repetita. La recuperación tras el batacazo de mayo/junio anunciaba un final de año más que decente. Sin embargo, tuvimos un nuevo fracaso de la tecnología mientras los titanes del Dow Jones pulverizaban los máximos históricos. Es decir, no faltan los ejemplos recientes para cuestionar la sostenibilidad de una recuperación de los valores tecnológicos.

Dicho esto, sería un error infravalorar los tremendos cambios que han ocurrido en el paisaje bursátil desde 2005. En Bolságora, hemos defendido una idea bastante simple desde hace un par de años: sea cual sea la rentabilidad de la tecnología frente a la vieja economía, la primera no logrará el éxito mientras siga mostrando unas previsiones de ventas y de beneficios claramente por debajo de los estándares de la segunda. Así de simple. Y así ocurrió en un año 2006 marcado por el ímpetu impresionante de una mayoría de los sectores de la vieja economía.

Merece la pena destacar que, por primera vez desde 2003, la mayoría de los sectores tecnológicos figuran en la parte alta de las estimaciones de beneficio por acción de Wall Street para 2007. El hecho de que la tecnología goce de una ecuación beneficios/valoración atractiva en 2007 se añade al de-rating (rebaja de estimaciones) de los sectores de materias primas, petróleo, etc. Y ambas ideas abren el camino para iniciar una rotación sectorial probablemente nunca vista desde la burbuja de las tecnologías de la información. Esto puede permitir trazar un recorrido potencial prometedor si crece el interés comprador de los grandes fondos norteamericanos.

¿Conclusión? Sin duda, la tecnología es el sector donde hay que estar, pero con matices: aconsejamos a los inversores no tardar demasiado en tomar posiciones, para luego tener el margen necesario para gestionarlas sin dolor de cabeza por si acaso las buenas vibraciones que nos manda el sector no pueden aguantar malas noticias al estilo de las previsiones de Intel.

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