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La crisis abarata coches en la UE, pero con grandes diferencias entre países

Bruselas, 9 jun (EFE).- La crisis económica contribuyó en 2008 al abaratamiento de los automóviles en la mayor parte de los países de la Unión Europea, pero lo hizo con mucha más intensidad en algunos Estados miembros, por lo que crece de forma importante la brecha entre los mercados más baratos y los más caros.

Dentro de la zona euro, Eslovaquia lideró la caída de precios, con un descenso real (dada la inflación general) del 9,7 por ciento respecto al año anterior, seguida de Finlandia (-7,3 por ciento) y Eslovenia (-4,6 por ciento), según el informe anual dado a conocer hoy por la Comisión Europea (CE).

Sin embargo, en los mercados más importantes, como el alemán, el francés y el español, la reducción fue mucho más moderada, con caídas del 0,9, el 0,2 y el 1,1 por ciento, respectivamente.

Mientras, en Italia el precio medio de los coches aumentó un 0,9 por ciento, para dejar la media de la eurozona en un -0,9 por ciento.

El descenso fue mucho más acusado si se analiza toda la Unión Europea (-3,1 por ciento), pero ahí -según advierte la CE- hay que tener en cuenta la depreciación de varias divisas respecto al euro, caso de la libra británica.

Las mayores caídas se dieron en Letonia (-14,7 por ciento), Estonia (-14,2 por ciento) y la República Checa (-13 por ciento) y los precios sólo aumentaron en Rumanía de entre todos los países que no están en el euro.

Resulta muy significativo el desplome de los precios en un gran mercado como el del Reino Unido, donde los consumidores tuvieron acceso a vehículos un 9,7 por ciento más baratos que el año anterior.

Según Bruselas, las diferencias se explican, en primer lugar, por la gran caída de las monedas de países como el Reino Unido, Suecia y Polonia frente al euro, pero también por el distinto impacto de la crisis económica en cada estado.

Así, la demanda de automóviles fue durante 2008 muy distinta de un estado miembro a otro, un fenómeno agravado por el hecho de que en algunos países -en especial en los de precios más baratos- la confianza de los consumidores ya estaba en mínimos a finales del pasado año, mientras que en países como Alemania y Francia esto no ocurrió hasta principios de 2009.

Consecuentemente, la reacción de los fabricantes en cuanto a precios fue distinta en cada país, en función de la caída de la demanda, lo que unido a los planes de ayudas al sector puestos en marcha por varios gobiernos contribuyó a aumentar las diferencias.

Así, la brecha entre los mercados más caros y los más baratos se acrecentó de forma importante el pasado año.

Sin tener en cuenta los impuestos, el Reino Unido es el país más barato de la UE para comprar un coche, pues los precios son un 19 por ciento inferiores a los de la media comunitaria gracias a las horas bajas por las que pasa la libra esterlina.

Le siguen Suecia y Polonia, también por el efecto del cambio con el euro, mientras que Dinamarca, que acostumbraba a ser el país con mejores precios, cae hasta la quinta plaza.

Dentro de la zona euro, Finlandia, Grecia y Eslovenia son los mercados más baratos.

En el otro extremo, Alemania, Francia y Bélgica son los países más caros, mientras que España queda en una situación intermedia.

Las diferencias dentro de la UE son tales que el precio de un modelo de clase media como el Renault Mégane puede variar hasta un 51 por ciento.

En esa clase de vehículos compactos es donde más aumentó la dispersión de precios en la UE, mientras que por marcas ese fenómeno se da en mayor medida con la francesa Renault.

Así, el precio recomendado (sin incluir impuestos) del mismo modelo Mégane diesel de cinco puertas fluctúa entre los 14.168 euros en Polonia hasta los 22.222 en Irlanda, pasando por los 17.980 de España, según el informe de la CE.

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