
Viena, 29 may (EFE).- El grupo automovilístico austro-canadiense Magna, con unos 70.000 empleados en 25 países, se ha convertido en el favorito para controlar la marca Opel, después de que la casa matriz estadounidense General Motors se desprendiera de esta filial germana.
Su más inmediato competidor era el grupo italiano Fiat, que ha rechazado las exigencias de Berlín y no está dispuesto a mejorar su oferta para absorber a Opel, con fábricas en varios países europeos.
Para hacerse con Opel, Magna, que suministra componentes a diversos fabricantes de todos los continentes, contará con la ayuda del consorcio ruso GAZ, que produce desde turismos y camiones hasta vehículos blindados.
La oferta que hizo Magna a Opel prevé una inversión propia y del banco ruso Sberbank de 700 millones de euros, de los que una parte estaría garantizada por el Gobierno alemán.
El reparto accionarial sería del 35% de General Motors, 35% de Sberbank, 20% de Magna y el 10% de los empleados de Opel, según la oferta citada en un comunicado del grupo austro-canadiense.
Pese a acusar unas pérdidas de 150 millones de euros en el primer trimestre del año, los analistas consideran que el consorcio tiene una situación financiera sólida, con un cash-flow de más de 2.000 millones de euros y un capital social de más de 5.000 millones de euros.
De la planta austríaca de Magna en Graz salen modelos íntegramente producidos allí como Saab 9-3 Cabrio, el todoterreno Mercedes, BMW X3, Chrysler 300C, los Jeep Gran Cherokee y Commander y Aston Martin Rapide.
Colocado como el tercer productor de componentes del mundo, después del germano Bosch y del japonés Denso, Magna entrega también techos para descapotables como Opel Astra, Peugeot 308 CC, Corvette y Porsche 911 Targa, además de piezas pequeñas para el interior del Mini o el portón trasero del Chrysler Voyager.
La figura detrás de este éxito es Frank Stronach, un austríaco que emigró a Canadá en 1957 y que cumplió el sueño de pasar de lavaplatos y recoger pelotas de golf a ser multimillonario.
Tras abrir una tienda de productos del automóvil llamada Multimatic, recibió en 1960 el encargo de General Motors de producir viseras parasol para los vehículos del gigante de Detroit, hoy a punto de declararse insolvente.
Después de una fusión con Magna Electronics en 1969 se cambió el nombre de la empresa a Magna International, con sede social en Ontario (Canadá).
Desde los años 70 inició una diversificación creciente y la compañía no dejó de crecer y ganar nuevos clientes. En 1992 comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York. Magna compró en 1998 la mayoría de los activos de la planta austríaca Steyr-Daimler-Puch, una compañía austríaca de ingeniería del automóvil, especializada en sistemas de tracción para todoterrenos.
En 2001, teniendo como base la anterior adquisición, se forma el Grupo Magna Steyr, el primer proveedor independiente de vehículos completamente terminados, especializado en el ensamblaje y en proyectos de investigación y desarrollo.
La sede en Europa se encuentra en la ciudad austríaca de Oberwaltersdorf. Stronach es el mayor accionista de la compañía, después de un breve tiempo en el que el magnate ruso Oleg Deripaska tuviera una participación importante de la empresa.
Magna produce en Estados Unidos sistemas electrónicos, componentes, módulos y unidades de ensamblaje para vehículos motorizados y entre sus clientes se cuentan las principales marcas de EEUU y Canadá.
Stronach es el artífice del éxito de su compañía, y un personaje público muy conocido en Austria desde que regresara a su país natal de su aventura en Canadá.
Aficionado al fútbol y a la hípica, ha patrocinado con generosidad ambos deportes. Durante años ha sido el máximo patrocinador del equipo de fútbol Austria de Viena, y entre 1999 y 2005 presidió la Bundesliga austríaca.