
Como era de esperar, tras la aprobación por el Congreso de Estados Unidos de la ley que permite confiscar activos rusos hasta ahora congelados (REPO Act), Rusia ha aprobado su propia norma para confiscar activos estadounidenses, si se aplicara la ley recién aprobada en Estados Unidos.
La nueva norma rusa establece un procedimiento especial para solicitar la indemnización de los daños causados por la confiscación de activos a la Federación Rusa o del Banco Central Ruso. El titular del bien confiscado acudirá a un tribunal ruso, que evaluará si existen motivos justos para la privación de la titularidad de dichos bienes. En las actuales circunstancias, el sentido de la resolución judicial es previsible.
Si el tribunal ruso considera que se debe indemnizar al titular ruso "damnificado", los bienes susceptibles de ser utilizados para dicha indemnización serán tanto bienes muebles e inmuebles situados en Rusia, acciones de empresas rusas o derechos de propiedad sobre activos rusos, tanto propiedad de los Estados Unidos, como propiedad de personas físicas o jurídicas estadounidenses. Una comisión gubernamental elaborará un listado de todos estos bienes susceptibles de confiscación.
En el caso de que empiecen las confiscaciones de activos rusos en Estados Unidos, Rusia comenzará a confiscar activos de EEUU en represalia. Las represalias de Rusia no serán solo contra los bienes de EE. UU. situados en Rusia, sino contra los bienes de sus ciudadanos y, sobre todo, de sus empresas. El daño infligido a las empresas estadounidenses con filiales en Rusia puede ser notable. Por una decisión de las autoridades estadounidenses, los perjudicados serán empresas que nada tienen que ver con la confiscación de activos rusos, pero son empresas estadounidenses.
A pesar de todo el ruido generado en los primeros meses de la invasión de Ucrania para que las empresas occidentales dejaran de operar en la Federación Rusa, todavía hay más de 2.100 multinacionales occidentales operando en Rusia. Tras las salidas iniciales de cientos de empresas occidentales de Rusia, los costes y los trámites de salidas se han endurecido considerablemente. Cualquier venta por parte de una entidad extranjera tiene que estar autorizada por el gobierno, aplicándose descuentos mínimos del 50% si el vendedor es de un país considerado "hostil", además de existir un "exit tax" mínimo del 15%.
Multinacionales como Philip Morris, Pepsico, Unilever, Nestlé, Mondelez o Air Liquide siguen operando en la Federación Rusa. Tienen difícil salir del país. Algunos intentos de venta del negocio ruso no han sido aprobados por el gobierno, como le ocurrió a Air Liquide ya en 2022.
Al margen de esta nueva norma, Rusia ya está confiscando activos occidentales como compensación a pérdidas de empresas rusas por las sanciones occidentales. Así, un tribunal de San Petersburgo acaba de confiscar 800 millones de euros en activos de sus entidades en suelo ruso a Deutsche Bank, Commerzbank y Unicredit.
En este caso, el origen de la confiscación es la reclamación de una filial de Gazprom que había firmado un contrato con la empresa alemana LINDE en 2021 para el diseño y construcción de un complejo. LINDE suspendió los trabajos debido a las sanciones. La empresa rusa solicitó a los bancos garantes de los pagos las cantidades debidas. Estos bancos argumentaron que no podían realizar pagos a una compañía rusa porque violarían las sanciones europeas. Un tribunal de arbitraje ruso ha dado la razón a la filial de Gazprom y ha incautado los activos mencionados de los tres bancos europeos por importe de 800 millones de euros.
La confiscación de activos es un paso muy peligroso de consecuencias económicas imprevisibles. La propia Christine Lagarde reconoce que la confiscación de los activos rusos congelados puede suponer una violación del orden legal internacional. "Supondría empezar a quebrar el orden legal internacional que queremos proteger, y que se pretende que Rusia y el resto de los países del mundo respeten". Pese a ello, la propia Lagarde se muestra más condescendiente con confiscar los rendimientos generados por los activos rusos congelados o con utilizar los propios activos congelados como garantía de bonos emitidos con la finalidad de ayudar a Ucrania.
De comenzar a aplicarse la confiscación de activos rusos, las principales perjudicadas serán las empresas occidentales que mantienen activos en Rusia. Con estas medidas los países no occidentales tienen cada vez más argumentos para dejar de considerar las inversiones en bonos del Tesoro de Estados Unidos como activo sin riesgo.
Si se inicia la confiscación de activos rusos, las represalias ya están anunciadas. A pesar de todo lo anterior, la cuota de mercado de las exportaciones de Gas Natural Licuado (GNL) a Europa en los cuatro primeros meses de 2024 se incrementan del 12,7% al 16%. Contradicciones difíciles de entender.