
Madrid, 18 may (EFE).- El grupo papelero Ence perdió 93,87 millones de euros en el primer trimestre del año, frente al beneficio de 4,74 millones que obtuvo en el mismo periodo del año anterior, debido principalmente a la provisión de 63,6 millones realizada por el deterioro de los activos de Uruguay.
La compañía anunció hoy de que ha alcanzado un acuerdo para vender a Stora Enso y Celulosa Arauco su proyecto industrial para la construcción de una planta de producción de celulosa en Punta Pereira y para transmitirles 140.000 hectáreas forestales en Uruguay por 340 millones de dólares (256,2 millones de euros).
En un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ENCE (ENC.MC)explicó que, debido al acuerdo de venta, ha dotado, con fecha 31 de marzo, una provisión por deterioro de inmovilizado de 80,2 millones de euros derivada del potencial deterioro de la inversión. El impacto neto de impuestos de dicha provisión asciende a 63,3 millones.
Adicionalmente, ha dotado una provisión de 8,7 millones netos de impuestos por ajustes de valor en stocks de materia prima y productos terminados.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) arrojó una cifra negativa de 5,9 millones de euros debido a la contracción de la actividad de celulosa en el entorno económico actual y la menor producción.
Entre enero y marzo de este año, Ence obtuvo una cifra de negocio de 112 millones de euros, el 32 por ciento menos que en el primer trimestre de 2008, debido a la menor venta de celulosa tras las paradas de las fábricas de Navia, para su ampliación, y Pontevedra, por mantenimiento, así como a la caída de precios.
Así, los ingresos por venta de celulosa cayeron el 36,8 por ciento, hasta los 77,6 millones de euros, con unos precios inferiores en un 29 por ciento a los de los tres primeros meses del pasado ejercicio.
Por su parte, los ingresos por venta de electricidad aumentaron el 4,4 por ciento, hasta los 27,2 millones de euros.
La compañía apuntó que, ante el actual contexto, ha intensificado sus esfuerzos por acortar los plazos de ejecución de los proyectos de expansión en marcha, con el fin de reducir los consumos en las fábricas y acelerar la entrada en producción de las nuevas capacidades, en particular de la generación eléctrica.