La banca de inversión repartirá 24.000 millones de dólares entre sus empleados.
nueva york. Botellas de Dom Perignon a 14.000 dólares, apartamentos de lujo en el uptown de la Gran Manzana, coches deportivos de las más altas gamas, como un Porsche 911... este año parece que la firmas financieras que inundan Wall Street han sido buenas o al menos eso reflejan los multimillonarios bonus que Santa Claus y los Reyes Magos está repartiendo entre la corte de corredores y banqueros que trabajan para Goldman Sachs, Bearn Stearns o Morgan Stanley. Los magos tienen un elenco de listas millonarias que atender estos días.
2006: el año de los incentivos
Cuatro de los cincos bancos de inversión más importantes de Manhattan recordarán con añoranza 2006, aquel espacio de tiempo en el que los ingresos de Goldman Sachs se dispararon un 68 por ciento o los de Morgan Stanley crecieron aproximadamente un 51 por ciento, todo un récord.
En plena euforia, los empleados más aventajados ya se frotan las manos ante los incentivos añadidos que en forma de billetes de dólar pasarán a formar parte de su cuenta corriente. No es para menos, ya que este año Wall Street repartirá la friolera de 23.900 millones de dólares (17.500 millones de euros) entre sus principales ejecutivos en materia de bonus por los buenos resultados de sus operaciones.
Así, de la noche a la mañana, si el reparto se hiciera de forma lineal, cada broker estadounidense recibirá una media de 137.580 dólares por cabeza en 2006, a parte de su sueldo habitual. En casos como Lehman Brothers ese bonus por empleado alcanza los 300.000 dólares. Una cantidad puede costear casas y tapar muchos agujeros.
Además, si lo comparamos con los 74.140 dólares de media que se recibían hace seis años, el crecimiento es asombroso.
Los peces gordos, más gordos
En lo que se refiere a las altas esferas, los bonus cobran vida propia. Por ejemplo, Lloyd Blankfein, el consejero delegado de Goldman Sachs hinchará su cartera con 53,4 millones extras mientras que su colega de Morgan Stanley, John Mack, cobrará 40,2 millones.
Con este panorama, las excentricidades están a la orden del día en Broad Street -domicilio de la Bolsa de Nueva York- y pagar 14.995 dólares por una botella de la cosecha de 1995 de Dom Perignon es un capricho ineludible que cualquier financiero se podrá permitir estas navidades. Y lo de fardar ante los compañeros de trabajo con un BMW recién salido de una exhibición por 40.000 dólares es casi una propina por el trabajo bien hecho. Pero no todo queda en el mero consumismo, estos incentivos también alimentan el ritmo de vida de la ciudad y hasta crean empleos.
Arcas henchidas
El estado de Nueva York recibirá alrededor de 1.600 millones en concepto de impuestos derivados de estos bonus y la urbe en sí se quedará con cerca de 500 millones. Por supuesto, los expertos afirman que por cada trabajo creado en Wall Street fomenta la aparición de otros tres en el sector de servicios. Es cuestión de lógica, si los empleados financieros ganan dinero no dudan ni un minuto en salir a cenar, comer... lo que bombea dinero a la economía y ayuda al fomento de otros empleos.
Desde luego, el sector de la vivienda es el primero en frotarse las manos con casos como el de Goldman Sachs, que este año se gastará un total de 16.500 millones de dólares en agasajar a sus empleados. Con esta lluvia de dinero, no es extraño que inmobiliarias como Halstead Property, venda en una sola semana cerca de 11 apartamentos y destine gran parte de los 200 que forman su catálogo, con precios entre 500.000 dólares y 6 millones, a los asiduos de Wall Street. Un gusto que parece hereditario entre los grandes brokers de la Bolsa de Nueva York a lo largo de la Historia. Sherman McCoy, protagonista de la novela de Tom Wolfe, La Hoguera de las Vanidades, hubiera podido pagar su apartamento de tres millones de dólares con esa prima.
Furor en Londres
La ciudad estadounidense no es la única que se beneficiará de la lluvia de dinero que ha traído la buena evolución de los mercados este año y la oleada de fusiones y adquisiciones, además del boom de los hedge funds -para los que prestan servicios- han provocado.
Según las estimaciones del Centro para el Análisis Económico y de los Negocios, en Londres los bonus van a rozar este año los 8.800 millones de libras (cerca de 13.000 millones de euros), lo que ha disparado las ventas de las tiendas de artículos de lujo, así como los precios de la vivienda en los barrios más exclusivos de la capital británica.