Bolsa, mercados y cotizaciones

Vuelven las tensiones dentro del mercado de renta fija

Madridicon-related

Comienza de lleno el periodo estival, caracterizado en muchos casos por dos cuestiones que van muy unidas: la bajada importante de volúmenes de contratación, tanto en renta fija como en variable, y el sesgo inicial hacia una mayor aversión al riesgo, por parte de los inversores. Se podría decir que los mercados buscan, en la medida de lo posible, pasar un verano tranquilo.

Todo parece indicar que esto no va a ser posible, al menos en las primeras fases del estío: las reuniones de los bancos centrales a finales de mes (26 de julio Reserva Federal y 27 de julio el Banco Central Europeo) marcan un punto muy importante para los inversores. De hecho, los últimos movimientos negativos del mercado obedecen en buena medida a las declaraciones que emanan de los organismos monetarios internacionales, en el sentido de que son esperables nuevas subidas de tipos de interés, a ambos lados del Atlántico. Además, se sugiere que los tipos seguirán altos durante un periodo prolongado de tiempo, el necesario para combatir a la inflación. Una inflación que, aunque muestra claros signos de contención, se mantiene elevada en su parte general, y muy elevada en el componente subyacente, es decir, sin energía ni alimentos no elaborados.

El riesgo de asistir a efectos de segunda ronda con los precios está provocando que los bancos centrales se muestren más agresivos en esta fase del ciclo que, casi podríamos decir, en ningún otro momento anterior. No son pocos los analistas que opinan que el riesgo de pasarse de frenada con los tipos altos (de la misma manera que llegaron tarde para contener a la inflación) sea un riesgo claro y palpable tanto de la Fed como del BCE. Por tanto, al temor de los inversores hay que añadir una dosis importante de escepticismo.

En todo caso, durante la semana pasada hemos asistido a nuevas tensiones en el mercado de deuda, es decir, nuevas subidas de rentabilidad que llevaron las curvas a la zona de máximos de año y, muy importante, incrementan la negatividad de la pendiente entre el 2 y 10 años, especialmente en EEUU y Alemania. Una muestra importante de que la recesión o, cuando menos, la fuerte desaceleración de la actividad es otro riesgo muy palpable, aunque posteriormente se relajaron un poco estas tensiones.

No está de más comentar que la desaceleración económica es una realidad ya tangible, pero, de momento, no tan intensa como cabría esperar, dados los tipos de interés. De hecho, el empleo a nivel europeo y estadounidense no da signos de fuerte deterioro; de cierta flaqueza, y como mucho. Bien es cierto que existen datos de confianza y consumo que hace pensar que esta vertiente del trabajo debería verse más afectada. Y más si pensamos que a partir del año que viene será necesario algo de consolidación fiscal, tanto en Europa como en Norteamérica. En todo caso, el buen comportamiento del empleo está siendo fundamental para aguantar a las economías en regímenes no boyantes, pero sí para tirar lo suficiente como para que las bolsas no reflejen una debacle. Y en eso estamos.

Por todo ello, muchísima precaución en el corto plazo, a medida que vayamos quemando fechas antes de los bancos centrales. Especialmente esta precaución debería venir por el lado de la renta variable, que es la que menos cotiza un posible deterioro económico, superior al previsto actualmente por las curvas de deuda y los datos macro. En cuanto a la renta fija, insistimos con nuestra visión de que, cuando tengamos más visibilidad en la contención con la inflación, la bajada de rentabilidades convertirá en excelentes operaciones todas las compras que se realicen a los actuales tipos de interés. En todo caso, todo parece indicar que será importante una buena dosis de paciencia añadida -con el verano de por medio- para observar este movimiento.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky