Éstas no serán unas idílicas navidades blancas para las dos bolsas estadounidenses. Más bien, parece la noche de los cuchillos largos y algo es evidente: en esta afrenta rodarán cabezas… ¡sálvese quién pueda!
La calma tensa se respira en el número 18 de Broad Street, donde New York Stock Exchange (NYSE) vela con cautela a todas las compañías que se cobijan bajo sus dominios. En pleno fervor de fusiones y alianzas internacionales, las puñaladas traperas se han convertido en un excelente regalo festivo sobre el parqué neoyorquino, por lo que no sorprende que unas manzanas más allá, en pleno Times Square, el imperio de Nasdaq haya levantado la voz de alarma.
Durante las últimas semanas, al menos dos empresas que cotizaban en el índice tecnológico por excelencia se han dejado embelesar por las artes amatorias de Matta-Hari y han preferido cambiar de bando huyendo de la noche a la mañana a los brazos de Nyse. El pasado 18 de diciembre, el fabricante de ropa deportiva Under Armour abandonaba Nasdaq tras un año viviendo bajo su tutela para comenzar a negociarse en Broad Street.
Por supuesto, este robo no sentó nada bien, si se tiene en cuenta que días antes Nyse se hizo con otro incondicional de Nasdaq, el fabricante de software Red Hat, que había cotizado en el tecnológico desde su primera oferta pública en 1999.
Pero Nasdaq no es un cordero. Ha pagado con la misma moneda a su contrincante después de recuperar a la firma de inversiones online E-Trade, que hace media década había cambiado de chaqueta.
Esta guerra abierta parece no tener ganas de una tregua, ni siquiera en estas fechas tan señaladas. Desde hace algún tiempo, Nasdaq se ha cansado de ser la incubadora de empresas jóvenes, que aprovechan su paso por el índice para obtener la licenciatura que les permitirá graduarse en la bolsa financiera por excelencia, Nyse. Por su parte, en la bolsa neoyorquina quieren abandonar los tradicionalismos y apostar por la savia nueva de las firmas adolescentes, cuyo asombroso crecimiento ha dejado atónito a más de uno.
Espíritu de la Navidad pasada
Durante este último año, un total de 12 compañías han cambiado de bando y han abandonado Nasdaq por Nyse, algo que parece una costumbre: desde hace seis años esta cifra ha alcanzado las 147 firmas. Por el contrario, en 2006 sólo cuatro empresas ha virado del convencional distrito financiero al desenfado de la tecnológica y desde 2000, sólo lo han hecho once.
Sin embargo, según ha publicado USA Today, Nasdaq afirma que se ha llevado alrededor de 36.000 millones de dólares en lo que a empresas de Nyse se refiere, lo que supera con creces los 16.000 millones de dólares en que se han valorado los saltos de valores del Nasdaq a la Bolsa de Nueva York.
Por otro lado, las tarifas siguen siendo claves a la hora de elegir una de las dos bolsas. Nasdaq cobra como tope entre 75.000 y 95.000 dólares. La tarifa más alta de Nyse es 500.000 dólares.