
Dicen que del cerdo gustan hasta los andares, excepto cuando se los señala como el origen de una posible pandemia de gripe porcina. Y eso es lo que se ha cotizado en las bolsas: que el virus provoque no sólo que las personas frenen sus viajes, sino que baje el consumo de productos porcinos. Lo saben bien los inversores del mercado de derivados de Chicago.
Allí, los inversores en futuros se apresuraron a descontar que este nuevo tipo de gripe podía provocar una caída del consumo de productos derivados del cerdo.
El futuro sobre las tripas de cerdo (pork bellies, en inglés) ha caído esta semana casi un 7%; en tanto que el futuro sobre la carne de cerdo (lean hogs) se ha dejado un 9% en el mismo periodo. Una tendencia que los particulares que operan con contratos por diferencias (CDF) pueden utilizar, ya que algunos de los emisores que operan en nuestro país ofrecen productos sobre estas particulares materias primas.
Cómo operar
IG Markets, por ejemplo, ofrece una gama doble de CFD; el que replica el comportamiento de un contrato de cualquiera de esos futuros -la garantía, que es el capital que los clientes están obligados a depositar para poder abrir una operación, de cualquiera de ellos supera los 1.600 dólares y se ganan o pierden 4 dólares por cada punto que se mueva el producto- y la versión de mini contrato.
Ésta última permite también aprovechar los movimientos de estos productos, aunque requiere menor desembolso de garantías (entre 800 y 600 dólares dependiendo del contrato) y las posibilidades de ganancias (y a la vez el riesgo de pérdidas se reduce) a 2 dólares por cada punto que se mueva el subyacente. Y como los contratos por diferencias permiten ganar dinero tanto suba o baje el subyacente -los inversores se posicionan bajistas vendiendo un contrato y alcistas, adquiriéndolo-, ofrecen la posibilidad a los inversores de apuntarse a la tendencia a la baja de ambos productos.
En el caso de la tripa, el contrato está a punto de caer por debajo de sus mínimos anuales del mes de enero y en el de la carne, los descensos de los últimos días ya han provocado que los ceda (se deja más de un 20% en 2009). Y, aunque la propia situación económica ya ha causado severos recortes en el precio de estos productos -a doce meses se dejan más de un 20%- los expertos creen que, a corto plazo, podría producirse un rebote.
"Puede ser que ahora sea demasiado tarde para entrar en corto en tripa de cerdo y a lo mejor sea el momento de comprar, ya que puede ser que en unos días todo vuelva a la normalidad", apunta Miguel Freijo, desde IG Markets.
No obstante, en la medida en que el brote se convierta en pandemia, la presión sobre el precio de estos productos podría continuar y la caída del precio persistir. Con una excepción: que se multipliquen los sacrificios de cerdos y esto reduzca la oferta, algo que sí sucedió en Asia cuando se produjo el brote de gripe aviar.