Empezó valorando el mercado y ahora es inevitablemente parte de él. Xavier Adserà, que comenzó su carrera como fundador de la firma de inversión Riva y García, se encuentra en la actualidad no sólo al frente de la presidencia de una compañía cotizada, Natraceutical, sino también al timón de la Fundación de Estudios Financieros (FEF), desde donde se han analizado los retos a los que se enfrenta el sector bancario español en el contexto actual.
¿Qué ha diferenciado a la banca española del resto en esta crisis para no presentar pérdidas?
La fortaleza del negocio bancario en España es que está muy apegado al cliente, es muy minorista. Otro motivo es que durante todos estos años se han hecho una serie de provisiones anticíclicas que han servido de colchón en los primeros envites de la crisis. Esas dos características han permitido que hasta el momento no haya habido que recapitalizar ninguna entidad en España, cuando en el mundo han tenido que recapitalizarse 556 bancos y se han destinado alrededor de 450.000 millones de euros en capital directo a entidades.
Después del caso de Caja Castilla-La Mancha, ¿cree que podemos asistir a más intervenciones?
La crisis es mucho más profunda y larga de lo que se esperaba. No descartamos que tenga que haber otras intervenciones, pero el único que tiene la información para decir eso es el Banco de España. Podemos asistir a más recapitalizaciones, pero entendemos que nunca serán sistémicas, serían pequeñas entidades. Nuestro sistema tiene una gran debilidad, y es que existe una excesiva concentración en el sector inmobiliario, el 60 por ciento de los préstamos han sido concedidos al crédito promotor.
¿No considera que crea una cierta alarma el hecho de que una entidad como CCM, que sólo representa el 1% del sistema, necesite 9.000 millones de euros?
Estoy convencido de que no serán necesarios los 9.000 millones. Si se tiene en cuenta que la caja tenía 17.000 millones en depósitos, el Banco de España debería estar preparado para un posible pánico y una salida de dinero. Pero creo que las necesidades reales de la caja no responden a tanto.
¿Qué entidades españolas cree que representan un riesgo?
Sobre bancos concretos no puedo manifestarme, porque no tengo los datos. El único que los tiene es el Banco de España. Lo que no debería hacerse es dejar caer una entidad, porque se crearía una enorme desconfianza. También hay que entender el papel de las cajas. Representan el 50% de nuestra actividad y son las que han permitido que existiese una competen- cia real, aunque está claro que necesitan un proceso de concentración.
Pero, ¿cree que el mercado español puede ser competitivo con el resto de bancos mundiales?
El sector español está en clara desventaja, porque está compitiendo con entidades que han sido recapitalizadas, están luchando frente a competencia desleal. Los bancos intervenidos tienen mayor capacidad de ganar cuota de mercado, además de contar con la garantía de sus respectivos gobiernos. Siendo absolutamente indispensable acudir al rescate de las entidades, ahora falta por ver la segunda parte, que es cómo esos rescates acaban en procesos de privatización. Cuando el mercado vuelva a la normalidad será cuando veamos a los gobiernos salir del capital de los bancos, porque no debe ser vocación del Estado ser el principal accionista de las entidades.
¿Existe realmente un colchón en la banca española para resistir la situación actual?
El colchón de provisiones anticíclicas prácticamente es el que se ha consumido para resistir el primer envite de la crisis. Las provisiones de las entidades se están agotando. Ahora la morosidad irá contra los resultados de la compañía, y cuando se acaben los resultados irá contra su patrimonio.
¿A partir de qué nivel de morosidad se pondría en peligro la cuenta de resultados?
Según nuestro análisis, hablaríamos de un nivel de impagos del 7%.
En relación al mercado, estamos viendo compañías que cotizan por debajo de una vez su valor en libros, a un PER (número de veces que el beneficio se contiene en el precio de la acción) muy bajo y con rentabilidades por dividendo altas...
El problema de las valoraciones y de la contabilidad mark to market es asumir que hay mercado. Estamos tomando como tal una contratación muy baja de valores. Los mercados de acciones están rotos, sobre todo en las compañías de pequeña y mediana capitalización. El dinero ha desaparecido y se ha dedicado al desapalancamiento. Al no fluir la liquidez han desaparecido los mercados. No están encontrando contrapartida porque no hay dinero y, por tanto, no existe una referencia válida.
¿Cuál podría ser la alternativa para valorar los activos?
Hay un concepto muy anglosajón que es el valor en libros. Evidentemente el mercado es un gran indicador, pero cuando funciona, siempre y cuando haya liquidez. Ante la inexistencia de una referencia válida en el mercado hay que acudir a otros métodos, como el descuento de flujos de caja. Creo que el error que se está cometiendo en este momento es que se está mirando excesivamente el balance de las compañías, no tanto el descuento de flujos de caja, lo que supone más una proyección a largo plazo. El mercado ha perdido de vista la perspectiva de algunas empresas a 15 ó 20 años. Aunque indudablemente se van a ver afectadas en el corto plazo por la crisis, lo que sí sabemos es que ésta pasará. Y cuando eso suceda, lo que volverá a cotizar serán las posiciones estratégicas de las compañías.
¿Qué le diría al pequeño inversor que está acostumbrado a manejar una serie de ratios que ahora no dan una visión clara del mercado?
Creo que ésta es una oportunidad precisamente para el pequeño inversor. Él puede entrar en pequeñas cantidades y sí puede aprovechar los bajos precios para hacerlo. Estamos en un entorno muy turbulento y de elevada volatilidad, por lo que dentro de los perfiles de cartera que hay que tener, ahora lo ideal sería conservador e inversión a largo plazo, porque en estos momentos los movimientos son muy histéricos.