Bolsa, mercados y cotizaciones

Dependiente

Madrid, 4 abr (EFE).- La segunda mejor semana del año de la bolsa española acabó con una subida del 4,95 por ciento, gracias al acuerdo del G-20 para estimular la economía mundial y a la bajada de los tipos de interés en la zona del euro hasta el 1,25 por ciento.

El mercado ya no es tan mercado, lugar de encuentro donde las voluntades se pliegan para acordar precios en busca de un beneficio, pues este y los otros están expuestos en exceso a las decisiones políticas, públicas.

La dependencia del mercado a los pareceres ajenos, no privados, ha quedado patente esta semana, pues su evolución ha estado bastante subordinada a las medidas que han adoptado tanto el Banco de España como el G-20.

La intervención por el Banco de España de la Caja Castilla La Mancha (CCM) volvió a poner en el punto de mira al sector financiero, tan necesitado de cuidados estatales.

La caída de los bancos arrastró a la bolsa hacia el nivel de 7.600 puntos, que actuó como soporte en varias ocasiones esta semana, y trajo el lunes la tercera mayor bajada del año, el 4,12 por ciento.

La supeditación del mercado a terceros se transparentó totalmente el jueves, cuando los acuerdos del G-20 para impulsar la economía mundial y regular al libertino sector financiero, así como la bajada de tipos en la zona del euro, otorgaron a la bolsa la segunda mayor subida del año, cerca del 5 por ciento.

Además del billón de dólares que insuflarán los países del G-20, principalmente a través del FMI, del corsé que vestirán a los fondos de alto riesgo -"hedge funds"- y a los paraísos fiscales, la bolsa evidenció su sumisión a las ventajosas nuevas normas contables estadounidenses sobre la valoración de activos tóxicos.

Otros acontecimientos demostraron esta semana la estrecha relación de la bolsa con factores que en otras ocasiones no tendrían tanta relevancia.

Un ejemplo sería el aumento de las ventas pendientes de viviendas en Estados Unidos, que permite vislumbrar la débil recuperación del mercado inmobiliario, asunto crucial para conocer la tendencia de la economía y evaluar si ahora resulta ineludible el traslado del dinero a la bolsa u otros negocios, cuando los tipos están tan bajos.

Hubo otras servidumbres, pero ninguna como la ejercida por los datos de empleo estadounidenses de marzo -los españoles, con 3,6 millones de parados no inquietaron a la bolsa-, que situaban la tasa de paro en el 8,5 por ciento, el nivel más alto desde 1983 y que forzaron una tímida recogida de beneficios el viernes.

Pero el carácter acomodaticio de la bolsa le reportó sus beneficios, pues marzo cerró con ganancias, el 2,55 por ciento, y las pérdidas acumuladas este año ya son inferiores al 10 por ciento.

En cuanto a la evolución de las empresas del Ibex-35, esta semana sólo bajaron cuatro, mientras que subieron 31.

El sector industrial, animado por el estímulo que puedan aportar a la economía las decisiones del G-20, lideró las ganancias, ya que la mayor subida correspondió a Gamesa, el 20,80 por ciento, seguida de Acerinox, el 14,25 por ciento, en tanto que Abengoa subió el 12,67 por ciento.

El sector energético encabezó las pérdidas, afectado indirectamente por la intervención de CCM, dado que muchas cajas están presentes en su accionariado y podrían vender títulos para obtener liquidez.

Así, Red Eléctrica perdió el 4,8 por ciento, y Enagás, el 3,06 por ciento; Banco Sabadell, después de pagar un dividendo, el 1,79 por ciento, y Gas Natural, el 0,94 por ciento, tras empezar a cotizar las nuevas acciones emitidas para comprar Unión Fenosa.

Todos los grandes valores subieron, con BBVA a la cabeza al ganar el 11,37 por ciento; Banco Santander, el 10,49 por ciento; Repsol, el 6,28 por ciento; Iberdrola, el 1,29 por ciento, y Telefónica, el 1 por ciento.

La próxima semana, en la que la bolsa partirá de 8.319,90 puntos, nivel que había perdido a mediados de febrero, el mercado estará pendiente de los resultados empresariales del primer trimestre que empezarán a publicar las sociedades cotizadas, así como de los datos del PIB de la zona euro de cierre de 2008.

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