
Cae la rentabilidad de los depósitos, de los activos sin riesgo... y también el coste de la deuda. ¿Le sorprende? Puede que no se lo crea si ha acudido a un banco a pedir un crédito, pero será más crédulo si opera con contratos por diferencias al alza porque el coste de financiar la operación es más bajo que hace meses. Ahí no se notan las restricciones del crédito que ha provocado la crisis.
Las rebajas en los costes de la operativa implican, evidentemente, una mejora de la rentabilidad que se puede obtener y lo notarán especialmente los inversores que operen con contratos con diferencias muy apalancadas. Éstos son aquellos que exigen menores garantías. Así, si el CFD con el que opera le exige que desembolse un 10% del capital, quiere decir que el emisor del producto le financia el 90% de la operación, pero no lo hace gratuitamente.
Lo más habitual es que los costes de financiación que se apliquen se hagan teniendo en cuenta un índice de referencia relacionado con la divisa con la que se opera. De ahí, que, por ejemplo, para los contratos en euros, los comercializadores de estos productos suelan utilizar como referencia el euribor a un mes o bien el eonia (euribor a un día). A ese coste le añaden un diferencial, que suele rondar el 2,5% y que reconocen que no lo han elevado.
Por ello, si hace un año la financiación de una operación en CFD costaba un 6,8% en el caso de que se aplicara el euribor a un mes y un 6,5%, si se tomaba como referencia el eonia, ahora ese coste ha bajado al 3,77 y 3,34%, respectivamente. Es porque el precio del dinero está en mínimos.
No todos ganan
El descenso de los tipos de interés, sin embargo, no corre a favor de todos los inversores en contratos por diferencias. Los beneficiados por la rebaja del coste de financiación son los que toman posiciones alcistas, porque los bajistas pierden.
Hasta ahora, el posicionarse a la baja con un contrato por diferencias contaba con el atractivo añadido, además de la tendencia del mercado de renta variable en el caso de las acciones y los índices, de que el emisor le pagaba intereses equivalentes al tipo de referencia (eonia o euribor a un mes) menos un diferencial, que lo más habitual es que sea del 2,5 por ciento; igual que en las operaciones alcistas.
Unos intereses que con la brusca caída de los indicadores de referencia son negativos y, aunque los principales emisores de este tipo de productos por el momento han optado por no remunerar nada a los clientes y no cobrarles, la situación puede empezar a cambiar.
IG Markets, por ejemplo, reconoce que a partir del 23 de marzo comenzará a cobrar intereses a los inversores que se posicionen a la baja, aunque la financiación continuará siendo barata. Le cobrará euribor a un mes menos un diferencial del 2,5%; es decir, aproximadamente un 1,23%. Eso sí, aún es menos de lo que les cuesta financiarse a los inversores que abren operaciones alcistas.