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RSC.- El LBG, una nueva herramienta de medición de impacto de la acción social que llegará a España en pocos meses

Se trata de una forma de calcular los beneficios, para empresa y comunidad, que produce esta acción social, más allá de simples cifras MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

La herramienta del London Benchmarking Group (LBG) para medir, no sólo lo que las empresas destinan a acción social, sino los impactos y repercusiones en la comunidad --y que nació hace más de diez años en Reino Unido-- llegará a España entre los próximos meses de enero y febrero, según explicaron hoy los socios de Mas Business, la consultora Aurora Pimentel y John Scade, consejero, en un encuentro con periodistas especializados en RSC y sostenibilidad celebrado esta mañana en Madrid.

En palabras de Scade, el LBG es un estandar de medición de la acción social que va mucho más allá de lo económico --muchas empresas dan cuenta de sus actividades de acción social hablando sólo de cifras-- y pasa a calcular y evaluar el impacto y los resultados obtenidos en la sociedad. "Es una metodología, un estandar pensado para medir, gestionar y evaluar esta acción social que ayudará a las empresas en su toma de decisiones, y un foro para compartir experiencias, además de intercambiar información", explicó.

Hace 10-12 años, seis empresas de Reino Unido, --entre ellas British Petroleum (BP), Mark&Spencer, IBM, Natwest o Diageo--, decidieron asociarse para tratar de medir qué pasaba justo después de donar su dinero, servicios o material a acciones sociales. El LBG nació con esa idea: "la de ser una herramienta de medición que facilitara a las empresas una visión más clara de los rendimientos y logros conseguidos a través de la implicación de la empresa en la comunidad".

Así, la herramienta del LBG mide qué cuesta la acción social a la empresa en términos como la ausencia de una persona de su puesto de trabajo para realizar estas acciones, el tiempo empleado, el coste de gestión de las actividades y después el impacto generado, o los beneficios obtenidos, el ahorro al Estado en materia de ayudas, además de los beneficios que le ha reportado a la empresa y cómo se ha mejorado el mundo en general.

Hace apenas un año comenzó a funcionar el LBG Internacional que ha llegado ya a países como Australia o Canadá. Próximamente comenzará a llegar a países como Alemania, Estados Unidos y España --entre enero y febrero de 2007-- y a lo largo del año próximo a otros países como Francia o Brasil. El mecanismo es hacerse socio, de la misma forma que ya funcionan en España instituciones como Fundación Empresa y Sociedad, por un pago anual que permite el uso de la herramienta.

Así, se da la oportunidad a las empresas de utilizar de sello, que es a la vez "un modelo de medición", según explicó Pimentel. De la misma forma el Global Reporting Initiative (GRI) comenzará en poco tiempo a ofertar a las empresas en todo el mundo la posibilidad de hacer uso del Sello GRI para sus Memorias de Sostenibilidad de forma que acrediten que éstas están realizadas bajo sus estándares. Será un sello, --diferente al 'In Acordance' que ahora concede--, que permitirá a la empresa hacer uso de él como garantía de credibilidad.

BUENA ACOGIDA EN ESPAÑA

Según señaló Scade, --que ya ha comenzado a presentar ante foros de empresarios españoles el LBG-- la acogida en España del modelo ha sido muy buena, y las empresas se han mostrado "muy abiertas y con mucho interés ante él". A partir del próximo mes de enero este modelo, el LBG España, se presentará públicamente, ya que ya está constituido. Por el momento, no podrá ser aplicable a las cajas de ahorros, un modelo de banca que, según Scade, es único y existe sólo en España, y que se rige por otro tipo de mediciones al gestionar toda su acción social a través de la Obra Social.

La idea, más adelante, es concebir un modelo específico de LBG para las cajas, al igual que se ha adaptado el LBG a España y se adaptará a todos los países a los que llegue. Para las pymes, en principio, tampoco está previsto su uso, ya que antes, "tienen que aprender a utilizarlo las grandes empresas". Precisamente, la idea inicial es que, con la llegada del LBG, se inicie "una comunidad de aprendizaje" de este nuevo modelo de medición, que también debe ser aprendido por las ONG, "socias" en este aspecto de las empresas a la hora de conocer esta nueva forma de 'cálculo' de la acción social.

En este sentido, Pimentel abogó por un "cambio de mentalidad" de ambas partes, --empresas y ONG, Fundaciones o asociaciones--, para dejar de verse con reticencias y miedos "y comenzar a trabajar juntas". Más allá de la colaboración puntual, monetaria o esporádica, la 'clave' es la colaboración estratégica y específica "de más largo calado", abierta a alianzas, y para ello es necesario conocerse y dejar de pensar que las empresas "siempre son las villanas, y las ONG los radicales con el puño en alto".

A su juicio, las empresas tienen que comenzar a ver a las ONG como "potenciales socios de conocimientos", que les harán ver muchas necesidades y particularidades de la sociedad en la que operan para abordar incluso decisiones de mercado o producción, ya que muchas de estas organizaciones del Tercer Sector "tienen un conocimiento privilegiado sobre determinadas tendencias o señales del mercado" e incluso como clientes --muchas manejan grandes volúmenes de compra--. El secreto, concluyó Pimentel, es "el mestizaje, mezclarse".

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