Bolsa, mercados y cotizaciones

Y el Oscar es para... la casa en ruinas del sector inmobiliario

Ni El curioso caso de Benjamin Button, ni Slumdog Millionaire, ni El Lector. La película que ha arrasado en los Oscar financieros ha sido Esta casa es una ruina, protagonizada y dirigida por el sector inmobiliario español. No es que Hollywood haya perdido el juicio de repente, sino que si los lectores de elEconomista tuvieran que elegir al personaje más influyente de 2008, al menos en lo que a los mercados se refiere, la película de terror que ha protagonizado el ladrillo se llevaría todos los premios.

Así lo demostraron en la cuarta edición de los Oscar de la bolsa de 2008, en la que cerca de 800 internautas votaron a la compañía, el sector, el político y el empresario estrella del año pasado, entre las candidaturas propuestas por la redacción de elEconomista.

Del Rivero, finalista

El drama inmobiliario trasciende incluso la categoría de Mejor película, ya que Luis del Rivero, presidente de Sacyr, ha estado a punto de llevarse el Oscar a la mejor actuación del año pasado por su necesidad de Volver a empezar.

Y es que este empresario ha emocionado a los partícipes del mercado con su tremenda historia: ha pasado de estar en la cresta de la ola con la inmobiliaria de sus sueños, a ver cómo ésta se hunde, asfixiada por las deudas y las complicadas condiciones actuales del mercado, que han convertido en una tarea de titanes su compra del 20% de la petrolera Repsol.

Sin embargo, al final ha sido Juan Luis Cebrián el que se ha alzado con el galardón de Mejor actor protagonista, con el 41,45% de los votos de los lectores de eleconomista.es, por su papel en una cinta recientemente estrenada: Prisa, el coloso en llamas.

El gigante de los medios de comunicación también está arrasando en taquilla por su elevada deuda, que puede llevar a la compañía fundada por Jesús de Polanco a vender algunos de sus buques insignia -se especula con que pueda tener que desprenderse incluso de la Cadena Ser o del diario El País-. Pero si hablásemos de triunfos en la alfombra naranja, los más sonados del año los han protagonizado actores extranjeros.

Triunfadores de fuera

Tan aplaudido como perseguido ha sido el ex presidente del Nasdaq Bernard L. Madoff. Su papelón de ladrón caradura en Coge el dinero y corre le ha valido la estatuilla de Mejor actor revelación, con un 88,38% de los votos del exigente jurado online.

En esta película, que muchos expertos consideran la cinta del año, Bernie se interpreta a sí mismo: un estafador que logra perpetrar un fraude milmillonario entre la jet set de medio mundo, especialmente entre la crème de la crème de Florida.

Con esta brillante e irritante actuación, Madoff, que no realizó nunguna operación en 13 años, ha desbancado no sólo a Mediapro y su Cars -por lograr arrebatarle los derechos de emisión de la Fórmula 1 a Telecinco-, sino también al que partía como uno de los favoritos: John Paulson, uno de los poquísimos gestores del mundo que, en Algunos hombres buenos, consiguió demostrar que se puede ganar dinero con las hipotecas de alto riesgo estadounidenses... si se invierte a la baja en ellas justo antes de que estalle la burbuja.

Vida y muerte de la banca

Más allá de Madoff, también ha causado furor el dramón protagonizado por la banca de inversión y sus Cuatro bodas y un funeral. Y dentro de este sector merece una mención especial un gran actor venido a menos: Lehman Brothers.

El que fuera una de las joyas de esta industria ha ganado junto a sus compañeros el galardón concedido a los bancos de inversión, pero también ha logrado alzarse con el Oscar a la Mejor película extranjera. Y es que El hundimiento que protagonizó a finales de 2008 marcó un antes y un después en los mercados de todo el mundo. Será difícil olvidar la escena de la muerte de este coloso mundial, que puso la piel de gallina a muchos inversores que siguen emocionándose hasta el llanto cada vez que lo recuerdan. Quizá por eso, Lehman es uno de los nominados que más votos ha recibido de los lectores: 508 de 682, es decir, un 74,49%.

Sin embargo, no han ido para Estados Unidos dos de las estatuillas más importantes. La de Mejor director se la ha arrebatado el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, al de la Fed estadounidense, Ben Bernanke, por su mítica y duramente criticada actuación como El banquero impasible, que no baja los tipos ni aunque el mundo se desmorone.

También se quedó aquí la que todo actor desea ganar en el punto álgido de su carrera -aunque en este caso no está nada claro que los galardonados estén muy felices con ella-. Se trata del Oscar honorífico, que los cerca de mil lectores de elEconomista han otorgado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al ministro e Economía, Pedro Solbes, por su reticencia a utilizar la palabra crisis cuando buena parte de los expertos clamaban a los cuatro vientos que ya estaba aquí. ¡Enhorabuena a todos!

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