Bolsa, mercados y cotizaciones

La demanda de deuda española a un año cae a la mitad en sólo un mes

En un año en el que los estados tendrán que emitir más deuda que nunca para sustentar sus planes de reactivación económica, que el primer síntoma de agotamiento de los inversores llegue en febrero no es una buena señal. Ayer el Tesoro adjudicó 4.492 millones de euros en letras a 12 meses. Pero la cifra que llamó la atención fue la de la demanda: 4.845 millones de euros.

Esto es p oco más de la mitad de los 8.923 millones de euros de hace un mes. El motivo de la repentina falta de apetito del mercado -la demanda fue de sólo 1,08 veces el importe adjudicado, la ratio más baja en al menos un año- hay que buscarlo en la deriva reciente de los tipos de interés. La rentabilidad de las letras a 12 meses, que en junio del año pasado alcanzó el 4,669%, ayer se quedó en el 1,248%.

Tipos poco atractivos

"A esos precios es normal que los inversores busquen opciones más atractivas", señala Estefanía Ponte, analista de Fortis. En realidad, si ayer el Tesoro dejó ocho millones de su objetivo inicial sin adjudicar fue, precisamente, porque el resto de los demandantes exigieron un rendimiento demasiado alto, en opinión del emisor.

El Tesoro, además, no da de momento importancia al amago de gatillazo de la subasta de ayer. Fuentes del organismo público recuerdan que en las subastas de letras a 3 y 6 meses de la semana pasada la demanda fue muy superior a la oferta -4,19 y 1,85 veces, respectivamente-, y aseguran que la caída de esta semana "probablemente es coyuntural". "Las condiciones de mercado nunca son iguales de una semana a otra -apuntan- y puede que en la subasta de marzo hayan vuelto a la situación anterior". "Cada subasta es un mundo", concluyen desde el Tesoro.

Lo que sí es cierto es que la brusca reducción del importe total de peticiones en la subasta apunta en una dirección clara: la rentabilidad a la que están cayendo las emisiones de deuda pública apenas ofrece ya incentivo a unos inversores que, en los últimos meses, se habían mostrado ávidos de papel a corto plazo. Y, casi más importante, esto puede tener consecuencias en las emisiones a largo plazo, el patito feo del mercado de un tiempo a esta parte. Mañana se adjudican obligaciones a 7 y a 30 años y los expertos dan por hecho que el diferencial de hace un mes -90 puntos básicos- se quedará pequeño.

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