
Mientras la Administración Obama genera dudas sobre la capacidad de sacar a flote la economía de EEUU, los inversores demuestran su escepticismo aumentando sus posiciones en oro.
El metal acumula una rentabilidad superior al 7%. Algunas casas de análisis han elevado su precio objetivo para este año hasta los 1.000 dólares. La incertidumbre no abandona los mercados, por lo que una pequeña parte de la cartera en oro podría ser adecuado, pero olvidar la volatilidad que presenta esta metal.