Por Sarah White
MADRID (Reuters) - La atascada situación política en España que se prevé dure al menos varios meses más ralentizará abruptamente el ritmo de las reformas económicas, acumulando obstáculos para el crecimiento en un país que trata de ampliar la recuperación tras una profunda crisis.
Con los presupuestos para 2016 ya aprobados y los precios del petróleo y los tipos de interés en mínimos históricos, los políticos españoles tienen poca o ninguna presión por alcanzar un acuerdo para formar un gobierno de coalición tras un resultado electoral muy fragmentado.
Cuando prácticamente ha pasado un mes desde las elecciones, la cuarta economía de la zona euro aún no ha formado gobierno y no parece que se vaya a formar a corto plazo.
Mientras, se acumulan con rapidez el número de reformas que muchos consideran esenciales para ampliar el cambio de tendencia económica, incluyendo cambiar la financiación de las comunidades autónomas, la reforma del sistema de la seguridad social y más mejoras del mercado laboral.
Algunos analistas creen que en el mejor de los casos, una vuelta a la estabilidad política en los próximos meses, incluyendo la posibilidad de nuevas elecciones, podría permitir más ajustes, pero sólo en 2017. La legislación económica ya pasó a un segundo plano el año pasado, en los meses previos a las elecciones del 20 de diciembre.
El gobierno en funciones del presidente Mariano Rajoy -que ha aprobado leyes de gran calado como la reforma laboral de 2012, alabada por economistas pero criticada por partidos progresistas- evitó aprobar reformas divisivas a finales de año después de que los recortes de gastos impuestos durante la recesión alejaran a muchos votantes.
"El impulso para introducir reformas no existe, ni aunque existiera un gobierno estable", dijo Yvan Mamalet, economista senior de Societe Generale. "No vemos reformas significativas en 2016".
Aún así, podría marcar la diferencia introducir reformas económicas para ayudar a las empresas insolventes a volver a funcionar o para facilitar la creación de start-ups, junto con la reforma del sistema educativo para abordar la perenne escasa productividad española.
Más reformas podrían impulsar el potencial de crecimiento de España a largo plazo a una tasa anual del 2 por ciento, dijo Mamalet, en vez del uno por ciento proyectado por su banco.
Mientras, rediseñar el sistema de financiación de las comunidades autónomas allanaría algunas de las dificultades del país a la hora de cumplir los objetivos de gasto.
La reforma fue aplazada por el Partido Popular hasta 2016, pero podría ser incluso retrasada aún más.
"(La financiación regional) es un tema urgente, es un sistema muy malo y necesita un cambio", dijo Ángel de la Fuente, economista del centro de estudios con sede en Madrid Fedea.
POCOS INCENTIVOS
Pero no todo son nubarrones. Sin nuevas reformas en 2016, se espera que la economía española siga mostrando firmeza durante el conjunto del año. Aunque la estabilidad económica podría disminuir los incentivos para poner en marcha nuevas reformas en el corto plazo.
En este contexto, el aumento de los ingresos fiscales, por ejemplo, ha contribuido a atenuar el dilema de la financiación autonómica, dijo De la Fuente.
Mientras tanto, el sólido gasto de consumo debería alentar a las empresas a contratar personal, permitiendo que la tasa de paro se aleje poco a poco de los niveles actuales de por encima del 20 por ciento. La debilidad del euro, por su parte, ayuda a atraer más turistas que nunca a las playas españolas, y el plan de estímulo monetario del Banco Central Europeo contribuye a mantener bajo control los costes de la deuda.
"Hay una serie de cosas que de momento pueden compensar cualquier falta de incremento en la inversión o la inestabilidad", dijo Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA, que espera un crecimiento del PIB del 2,7 por ciento en 2016, en torno a medio punto por debajo de la tasa de 2015.
"Tienes las reformas económicas que se han implementado en los últimos años para asegurar que el crecimiento se sostenga en los próximos trimestres, y está el programa de compras del BCE", añadió.
Pero el vacío político podría terminar pasando factura, sobre todo si no queda claro durante un período prolongado en qué dirección se mueve la política económica.
Algunos empresarios temen una eventual marcha atrás de la reforma laboral tal como se anuncia en los programas electorales del Partido Socialista o de Podemos.
Al mismo tiempo, España sigue estando en el punto de mira de la Comisión Europea para ver qué más se puede hacer en el frente laboral y reducir el elevado nivel de los contratos temporales, un problema que afecta a la productividad de la economía nacional.
Pero incluso una salida más rápida de lo previsto del actual estancamiento político puede que no ayude a avanzar mucho en la agenda económica pendiente.
Las distintas exigencias que han planteado las formaciones que tratan de asociarse podrían frenar el ritmo de reformas económicas, dijo De la Fuente. El proceso de independencia de Cataluña, cuyo gobierno separatista ha planteado una hoja de ruta para la secesión, será otro de los desafíos para un nuevo gobierno.
"Las reformas más probables ahora son más políticas que económicas: sobre la lucha de la corrupción, la reforma de la constitución y de la ley electoral", dijo el experto de Fedea.
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