Por Blanca Rodríguez y Carlos Ruano
MADRID (Reuters) - La exjueza progresista Manuela Carmena fue elegida el sábado alcaldesa de Madrid y la activista antidesahucios Ada Colau logrará lo propio en Barcelona, convirtiéndose en el paradigma del nuevo escenario político salido de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo en España en el que el gobernante PP ha sido el más perjudicado.
Mientras prepara cambios y exhibe la recuperación económica tras siete años de dura crisis tratando de recuperar votos de cara a las generales de fin de año, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, ha encargado a su ministro de Hacienda asegurarse de que los ayuntamientos cumplen la disciplina fiscal.
Las regidoras de las dos mayores ciudades españolas, eran las candidatas de sendas plataformas ciudadanas respaldadas por el emergente partido izquierdista Podemos, que ha logrado aunar la indignación de una parte del electorado ante las políticas de austeridad, la corrupción y los privilegios personificados en el clásico binomio formado por el Partido Popular y el Partido Socialista.
"El cambio se ha convertido en institución", dijo la portavoz de la plataforma Ahora Madrid, Rita Maestre, tras un nombramiento que pone fin a un gobierno del PP de un cuarto de siglo, coreado con gritos de "Sí se puede" y que Carmena aceptó "con muchísimo gusto".
Colau, cara visible de las movilizaciones ciudadanas contra los desahucios que han proliferado en España durante la crisis tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y el drástico aumento de la tasa de paro, ha instalado una pantalla gigante frente al ayuntamiento para que los ciudadanos puedan seguir esta tarde su investidura.
La alcaldesa, que en su día calificó el resultado electoral como la victoria de David contra Goliat, consiguió el apoyo de los independentistas ERC para arrebatar la bara de mando a CiU, socio de ERC en el proyecto independentista.
Además de Carmena y Colau, los líderes de nuevas plataformas ciudadanas de izquierdas asumieron la alcaldía de las grandes urbes de Valencia, Zaragoza, Cádiz y Coruña gracias al apoyo de otros partidos, tras semanas de negociaciones ante el fragmentado panorama salido de las urnas, sin mayoría absoluta ni en las grandes ciudades ni en las 13 comunidades autónomas que votaron en mayo.
Las nuevas plataformas también han sido determinantes en otros pactos de izquierda que han arrebatado varias capitales al PP que, pese a ser el partido más votado en las elecciones, ha perdido más de la mitad de las 34 grandes ciudades que gobernaba hace cuatro años con mayoría absoluta.
EL PP, que solo conserva Málaga y Murcia de entre las grandes ciudades, ha hablado de un "frente anti-PP" y ha pedido responsabilidad al principal partido de la oposición acusándole de un giro "extremista, populista y radical", pero el PSOE ha logrado el apoyo de otras fuerzas para gobernar en ciudades como Sevilla o hegemónicas capitales "populares" como Valladolid pese a ceder en número de votos.
"No sólo no están respetando el principio democrático de respeto a la lista más votada, sino que se han lanzado a una carrera desenfrenada de acuerdos con partidos radicales y extremistas sin más objetivo que impedir el gobierno de los candidatos del Partido Popular", dijo el PP el viernes.
ENSAYO GENERAL
La escena de constitución de los nuevos ayuntamientos de Madrid y Barcelona se reprodujo en los más de 8.000 consistorios del país, que celebraron el sábado sus respectivos plenos para elegir a sus alcaldes durante los próximos cuatro años.
Tanto las medidas que tomen los nuevos ediles como la estabilidad de sus gobiernos serán seguidas muy de cerca para medir si el atractivo que han tenido para parte de los votantes se mantiene indemne de aquí a final de año.
La disciplina económica también va a ser escrutada por el Gobierno central, que quiere asegurarse de que las entidades locales mantienen los compromisos de consolidación fiscal dictados por la Ley de Estabilidad presupuestaria.
Una fuente del Gobierno confirmó el sábado que en la reunión del consejo de ministros del viernes el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentó un informe sobre las normas estrictas de gasto y los límites en las competencias que los nuevos alcaldes deberán cumplir.
Y eso, a pesar de que los ayuntamientos dejaron atrás años de déficit y cerraron 2014 con un superávit del 0,53 por ciento, el mejor resultado de los organismos estatales.
Tras la constitución de los nuevos ayuntamientos, quedan por dilucidarse los gobiernos de las 13 comunidades autónomas que renovaron sus parlamentos regionales también el 24 de mayo y que siguen negociando posibles acuerdos.
En este capítulo presiona en mucho mayor medida la reducción del déficit, en un momento en el que los expertos coinciden en la dificultad de que las regiones cumplan sus objetivos tras los fuertes ajustes realizados en los últimos años y en los que diversas instituciones advierten de la importancia de corresponsabilidad fiscal.
Según datos del Banco de España, las comunidades autónomas alcanzaron niveles de deuda récord justo antes de las elecciones, con una deuda equivalente al 22,5 por ciento del PIB a finales de marzo.
El banco emisor instó esta misma semana al Gobierno a revisar la financiación autonómica y exigir disciplina fiscal con la aplicación estricta de los correctivos que establece la ley si hay desviaciones y que incluyen, eventualmente, incluso una intervención de las finanzas regionales.
(Editado por Víctor Nauzet Fernández)
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