M. Continuo

Grecia, aislada, rechaza una extensión del rescate

ATENAS (Reuters) - El nuevo gobierno de izquierdas griego, aislado en la zona euro y bajo presión del Banco Central Europeo, prometió el viernes no aceptar ningún acuerdo que mantenga el actual programa de rescate internacional durante la reunión del Eurogrupo de la próxima semana.

En su lugar, un responsable gubernamental dijo que el ministros de Finanzas, Yanis Varoufakis, pediría un "acuerdo puente" hasta que Atenas sea capaz de presentar un nuevo programa de deuda y reformas.

"No aceptaremos ningún acuerdo que no esté relacionado con un nuevo programa", dijo el responsable, quien añadió que Grecia esperaba una dura postura de sus socios de la zona euro en la reunión.

Varoufakis volvió con las manos vacías de una gira por capitales europeas en las que incluso gobiernos de izquierda moderada en Francia e Italia insistieron en que Grecia debería mantener sus compromisos adquiridos con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional y rechazó cualquier quita de deuda.

Los ministros de finanzas de la zona euro abordarán ahora cómo proceder con la ayuda financiera a Atenas en una sesión especial el próximo miércoles, antes de la primera cumbre de líderes europeos en la que participará el primer ministro griego, Alexis Tsipras, un día más tarde.

Los participantes dijeron que se había progresado en una reunión preparatoria de altos cargos de ministerios de finanzas en Bruselas el jueves porque Grecia y sus socios de la zona euro estaban en posiciones muy alejadas.

"Era Grecia contra todos los demás, básicamente uno frente a 18", dijo un responsable.

Los socios de Atenas de forma general apoyaron un documento alemán que rechazaba cualquier marcha atrás con las reformas o compromisos realizados por los anteriores bancos griegos.

Tsipras y sus ministros prometieron en sus primeros días en el cargo elevar el salario mínimo, volver a contratar a algunos funcionarios despedidos y detener algunas privatizaciones.

Esto choca con las condiciones establecidas por el Fondo Monetario Internacional y los países de la zona euro, que han prestado a Atenas un total de 240.000 millones de euros.

Añadiendo presión a Tsipras, Estados Unidos dijo a Grecia a través de su embajador el viernes que cooperara con sus socios europeos y el FMI y "ejerciera prudencia fiscal".

El nuevo primer ministro tendrá que trazar una fina línea cuando pronuncie un discurso ante el Parlamento el domingo y busque un voto de confianza el martes.

El BCE elevó la apuesta esta semana al decidir prohibir a los bancos griegos usar bonos gubernamentales como colateral para pedir prestado al banco central mientras no exista perspectiva de un acuerdo de rescate acordado. Eso le hace depender de la liquidez de emergencia, más costosa, del banco central griego, que el BCE puede detener en cualquier momento.

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