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Turquía dice que Siria está detrás de los coches bomba mortales

REYHANLI, Turquía (Reuters) - Turquía acusó el domingo a un grupo leal al presidente sirio, Bashar el Asad, de llevar a cabo las explosiones de dos coches bomba que mataron a 46 personas la víspera en una ciudad turca fronteriza con Siria y dijo que el riesgo de que una extensión de la inestabilidad siria a otros países estaba aumentando.

Las dos bombas, que hicieron explosión en calles comerciales atestadas de gente, aumentaron los temores de que la guerra civil siria se extienda a sus vecinos pese a los renovados esfuerzos diplomáticos para acabar con un conflicto que ha terminado con la vida de más de 70.000 personas.

El ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, dijo el que era hora de que la comunidad internacional actuase contra el presidente sirio .

"Es hora de que la comunidad internacional actúe junta contra este régimen. Nosotros, como Jordania, estamos acogiendo a cientos de miles de sirios. Aumentan los riesgos a la seguridad de los países vecinos", dijo en una conferencia de prensa en Berlín, donde estaba de visita.

Turquía detuvo el domingo a nueve ciudadanos turcos por los dos coches bomba, incluido el cerebro de los ataques, según el viceprimer ministro Besir Atalay.

Davutoglu dijo que los implicados eran de una "vieja organización terrorista marxista" con lazos directos con el régimen de Asad. Antes había dicho que los autores podrían ser del mismo grupo que atacó a la ciudad costera siria de Banias hace una semana y donde murieron al menos 62 personas.

Pero el ministro sirio de Información, Omran Zubi, negó el domingo las acusaciones. "Nadie tiene el derecho de lanzar acusaciones infundadas", dijo, citado por los medios estatales.

El conflicto ha alimentado la confrontación entre suníes y chiíes en Oriente Próximo. Irán apoya a el Asad mientras que los poderes suníes como Arabia Saudí apoyan a los rebeldes.

Banias es un enclave suní en medio de un vasto terreno alauí en la costa mediterránea de Siria. Los activistas en el área acusan a las milicias leales a el Asad, un alauí, de ataques étnicos.

Reyhanli, hogar de miles de refugiados sirios, también es predominantemente suní y de etnia árabe y se ha convertido en una base logística para los rebeldes que luchan contra el Asad.

Reyhanli vio protestas tras las explosiones, de las que algunos acusan a residentes sirios, mientras que otros claman contra la política exterior turca.

"Ya no queremos a los sirios aquí. No pueden quedarse aquí. Independientemente de si los queríamos o no, no se pueden quedar después de esto", dijo un profesor en Reyhanli, que dio el nombre de Mustafa.

Añadió que la política de Siria era acusar.

"La política de Erdogan ha provocado esto. Turquía nunca debería haberse metido en este lío. Tenemos 900 kilómetros de frontera con Siria. Entran y salen cuando quieren. todo el mundo tiene miedo aquí".

INTELIGENCIA SIRIA

El ministro del Interior, Muamer Guler, dijo que las bombas - el incidente más mortífero en suelo turco desde que comenzó la guerra en Siria - eran responsabilidad de un grupo conocido por las autoridades turcas con lazos directos con la inteligencia siria.

Las bombas esparcieron trozos de cemento y golpearon a los coches de hasta tres calles más allá. Entre los muertos hubo 35 turcos y tres sirios, dijo Atalay.

Zubi acusó a Turquía del baño de sangre en Siria por ayudar a los rebeldes de al Qaeda y darles armas químicas para golpear a las fuerzas del Gobierno y dijo que era el responsable último de lo que ocurrió en la localidad fronteriza de Reyhanli y negó cualquier responsabilidad siria.

Turquía, miembro de la OTAN, ha devuelto fuego a Siria en el pasado, cuando el fuego de mortero alcanzó su suelo, pero pese a su dura retórica parece reacia a llevar su considerable poderío militar al conflicto.

Las explosiones se producen en un momento en que parecía mejorar la posibilidad diplomática de terminar la guerra después de que Moscú y Washington anunciaron un esfuerzo conjunto para reunir a gobierno y rebeldes en una conferencia internacional.

Turquía acoge a más de 300.000 refugiados, pero no es la única que teme el impacto de la guerra, que está ayudando a encender la mecha de las luchas sectarias, religiosas y nacionalistas en Oriente Próximo.

Israel lanzó unos ataques aéreos la semana pasada dirigidos a detener unos misiles iraníes cerca de Damasco que iban camino de los aliados de Irán en El Líbano, Hezbolá, para un posible uso contra Israel.

Días después, el líder de Hezbolá dijo que sus fuerzas apoyarían cualquier esfuerzo sirio por retomar los Altos del Golán ocupados por Israel, elevando las perspectivas de que se reavive un conflicto tras décadas de calma en esa frontera.

/Por Jonathan Gordon/

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