NICOSIA (Reuters) - La frustración por el rescate tardío se tornó en incredulidad y rabia el sábado cuando los chipriotas se despertaron con la noticia de que los ahorradores tendrán que pagar parte de la factura para evitar la bancarrota de la isla mediterránea.
En un cambio radical respecto a los anteriores rescates en la zona euro de Grecia, Irlanda, Portugal y España, los ministros de Finanzas alcanzaron un acuerdo para prestar a los endeudados isleños 10.000 millones de euros. Pero, a cambio, los titulares de depósitos tendrán que perder hasta el 10 por ciento de sus ahorros.
Pequeñas colas se formaron el sábado frente a los cajeros automáticos en toda la isla para retirar dinero, mientras las cooperativas de crédito tuvieron que cerrar para impedir una huida de depósitos.
Se espera que un tributo excepcional del 9,9 por ciento a los depósitos superiores a 100.000 euros, y uno del 6,7 por ciento para los menores, genere 5.800 millones de euros a Chipre, que solicitó por primera vez un rescate en junio de 2012.
El impuesto debe ser ratificado por el Parlamento antes de que abran los bancos el martes, dado que el lunes es fiesta nacional.
"Mi primera reacción fue de shock", dijo Nicholas Papadopoulos, jefe del comité de asuntos financieros del parlamento. "Esta decisión es mucho peor de lo que esperaba y lo contrario a lo que el gobierno nos había asegurado hasta ayer mismo por la noche", dijo a Reuters.
FUGA DE CAPITAL
Papadopoulos, vicepresidente del Partido Democrático que es socio de la coalición en el gobierno, dijo que no quería predecir cómo votaría el parlamento.
"Si vamos adelante con esto, hay un gran riesgo de que no sea el final, el sistema bancario seguirá afrontando la inestabilidad porque se enfrentará a una importante fuga de capital", dijo.
No estaba claro cuándo se reuniría el parlamento, pero los bancos ya habían tomado medidas para congelar el equivalente a las cuentas en depósito.
Los socios de la euro zona de Chipre habían expresado su falta de voluntad para rescatar a una isla que algunos dicen está inundada de dinero ruso. Sin embargo, de un estimado de 69.000 millones de euros en el sistema bancario chipriota, sólo el 37 por ciento está en manos de no residentes.
"Estoy muy enojado. He trabajado años y años para reunirlo (el dinero) y ahora lo voy a perder por el visto bueno de holandeses y alemanes. No están yendo contra los rusos", dijo el británico chipriota Andy Georgiou, de 54 años.
Georgiou transfirió todos sus ahorros a Chipre a mediados de 2012, tras vender su casa en Londres.
PÍLDORA AMARGA
El impuesto es una píldora amarga para Chipre, que se vio desproporcionada mente afectado por la reestructuración de la deuda griega a principios de 2012 debido a las estrechas relaciones financieras entre los dos países. Sus dos mayores bancos sufrieron pérdidas combinadas de 4.500 millones de euros, equivalente a una cuarta parte del producto interior bruto de la isla.
"Me gustaría saber ¿dónde está esa solidaridad europea? ¿Qué obtenemos? Nada", dijo el mecánico Yiannis Pavlou, de 28 años.
Los ahorradores fueron informados de que podían retirar dinero en efectivo, pero no pudieron realizar transferencias electrónicas de fondos. En Larnaca, las cooperativas de crédito tuvieron que cerrar cuando la gente empezó a hacer cola para sacar sus depósitos.
"Pensé que cualquier cosa por debajo de los 100.000 euros sería seguro", dijo el trabajador del sector privado Andri Menelaou, de 25 años, refiriéndose al límite de depósito garantizado por el Estado. "No tengo mucho, pero no veo por qué tengo que pagar los errores bancarios".
/Por Michele Kambas/