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Cinco muertos en Siria por explosiones en ciudades

DAMASCO (Reuters) - Una explosión mató al menos a cinco personas en Alepo y otras dos afectaron a una autopista de Damasco el sábado, en nuevos indicios de que los rebeldes que luchan para derrocar al presidente, Bashar el Asad, están orientando sus tácticas hacia los explosivos caseros.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, que supervisa la revuelta iniciada hace 14 meses, dijo que la explosión de Alepo había sacudido un lavadero de coches en Tal al Zarazeer, uno de los suburbios más pobres de esta ciudad comercial norteña, de mayoría de clase media.

Un miembro del Ejército Libre Sirio reclamó la autoría del atentado, diciendo a Reuters en Beirut que el lavadero de coches era utilizado por miembros de una milicia pro Asad.

"Colocamos una bomba en un coche", dijo Ali al Halabi, identificando por su nombre al propietario del lavadero y acusándole de haber violado a una mujer delante de su marido. "Fui al lugar después y vi siete cuerpos y muchos heridos".

El Observatorio estimaba en 5 los muertos por el ataque.

Alepo se ha librado de lo peor en un conflicto que ha convertido algunas ciudades en campos de batalla, pero el jueves fuerzas de seguridad y estudiantes armados con cuchillos atacaron a manifestantes contrarios a Asad en la universidad, matando a cuatro personas y deteniendo a 200.

En Damasco, dos bombas estallaron el sábado en una autopista central de Damasco, destruyendo nueve coches, y sin que hubiera noticias de víctimas.

Periodistas de Reuters vieron después cómo se sacaban del lugar minibuses y un taxi amarillo destrozados.

"Oímos una gran explosión", dijo un residente del vecino barrio de Suq Saruja. "Las fuerzas de seguridad han bloqueado la zona ahora".

Los atentados asestan otro golpe a la renqueante tregua alcanzada el mes pasado con apoyo de la ONU.

En Siria se encuentran ahora la mitad del total previsto de 300 observadores de Naciones Unidas para supervisar el alto el fuego declarado el 12 de abril. Pero su presencia no ha detenido la violencia en una revuelta iniciada hace 14 meses que comenzó con protestas pacíficas en favor de la democracia.

Los activistas dicen que al menos 37 personas murieron el viernes en todo el país cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego sobre manifestantes.

Las explosiones mortales han sacudido grandes ciudades conforme los insurgentes intentan compensar la diferencia entre sus tropas en inferioridad numérica y los tanques, artillería y helicópteros del arsenal militar de Asad.

"Queremos mostrar a los periodistas extranjeros en Siria que Damasco no guarda silencio, para avergonzar al régimen", dijo Emad, un activista que vive cerca de la calle al Thawra, dando sólo su nombre por miedo al arresto.

El 30 de abril, varias explosiones volaron fachadas de edificios en la ciudad norteña de Idlib, donde, según la televisión estatal, murieron nueve personas y 100 resultaron heridas, incluyendo personal de seguridad.

Tres días antes, un atacante suicida mató a nueve personas, incluyendo efectivos de seguridad, en una mezquita de Damasco, según el Ministerio del Interior.

Un grupo islamista que se presenta como el Frente de Apoyo para el Pueblo de Levante reclamó la autoría de ese atentado y de un ataque el 24 de abril sobre el consulado cultural iraní en Damasco. Irán es uno de los más estrechos aliados de Siria.

Asad lleva tiempo argumentando que lucha contra "grupos terroristas armados" con apoyo internacional, y no contra una revuelta popular. Las autoridades sirias dicen que los rebeldes han matado a más de 2.600 soldados y policías. Naciones Unidas estima que las fuerzas de seguridad han matado a más de 9.000 personas desde el inicio de la rebelión.

/Por Mariam Karouny/

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