ATENAS (Reuters) - Los votantes griegos, airados por la difícil situación económica que viven desde hace años, previsiblemente castigarán el domingo a los partidos tradicionales en unas elecciones de resultado incierto que podrían sumir al país en el caos político y conmocionar a toda la eurozona.
En juego está si Grecia cumple las duras condiciones del enormemente impopular rescate de 130.000 millones de euros concedidos por la UE y el FMI o emprende un camino que pueda terminar con su expulsión de la moneda única, con graves consecuencias para otros países periféricos de la Unión como España o Italia.
Los salarios y las prestaciones se han recortado, el desempleo está por las nubes y miles de pequeñas empresas se han hundido. Los griegos, furiosos, parece que optarán por partidos más pequeños y contrarios al rescate para así castigar a los políticos tradicionales, a los que culpan de la crisis.
Se espera que un récord de entre 8 y 10 partidos entren en el Parlamento, y la ira pública con los más grandes podría suponer que al menos cuatro pequeños sean claves para formar gobierno.
Los últimos sondeos dan al conservador Nueva Democracia y al socialista PASOK - que entre ambos dominaron la política del país durante décadas y ahora gobiernan en coalición - apenas los votos suficientes para renovar su inestable coalición. Son los únicos partidos que apoyan el rescate. No se ha permitido la publicación de sondeos desde hace dos semanas, y las encuestadoras advierten de que los resultados pueden ser una sorpresa.
"Hemos votado por ellos desde los años 80 y nos sentimos engañados", dijo la funcionaria municipal Christina Theodorakou, de 50 años, sobre los dos grandes. Su salario mensual se ha reducido en 500 euros desde que comenzó la crisis.
"Nos hicimos una vida con el paso de los años y ellos la han destruido en una noche. Sus campañas son para idiotas. Votaré por un partido pequeño", afirmó.
Su hija Alexandra, de 18 años, una estudiante de enfermería con la que iba a comer en la ciudad portuaria de Patras, en el oeste del país, podría votar por primera vez, pero probablemente no acuda a las urnas: "¿Para qué molestarse? Nadie nos puede prometer un futuro mejor".
ADVENEDIZOS
Con el voto contrario al rescate fragmentado en una serie de grupos advenedizos, se espera que los dos grandes partidos comiencen inmediatamente unas difíciles negociaciones para renovar la coalición, encabezada por Nueva Democracia. La gran duda es si tendrán escaños suficientes para gobernar o tendrán que depender de una de las formaciones menores.
"Es una de las elecciones más difíciles que hemos tenido que predecir", dijo Ilias Nikolakopoulos, de la encuestadora Opinion, un veterano de más de 10 comicios. "Días antes de las elecciones, los votantes seguían indecisos y su comportamiento es impredecible".
Si el líder de Nueva Democracia, Antonis Samaras, y el del PASOK, Evangelos Venizelos, no sacan los votos suficientes, tienen pocas opciones para sumar apoyos.
La Izquierda Democrática de Fotis Kouvelis, una escisión de la Coalición de Izquierdas, es el más moderado de los cuatro aspirantes a quedar terceros. Si se niega a unirse a un gobierno favorable al rescate, los dos grandes podrían tener que acudir a grupos aún más pequeños, como el que encabeza la ex ministra de Asuntos Exteriores con Nueva Democracia Dora Bakoyanni.
"Los dos partidos deben ponerse serios. Es la peor campaña electoral que he visto", aseguró Nikolakopoulos. "Ambos prometen cosas que deberían haber hecho como gobierno de coalición. No son convincentes".
Esta opinión se repite en los bares y cafés de todo el país, en el que las medidas de austeridad y la ira contra los políticos por décadas de mala gestión y corrupción oscurecen la gran cuestión: si los griegos quieren quedarse en la moneda única.
Para conmoción de los políticos, los griegos están incluso optando por grupos como el ultranacionalista Amanecer Dorado, que se espera que entre en el Parlamento por primera vez. Venizelos ha pedido a los votantes que no permitan que los "neonazis entren al paso de la oca en el Parlamento".
La mayoría de los griegos, que han salido a manifestarse de manera habitual en protestas que en ocasiones han acabado con violencia, odian las duras medidas de austeridad exigidas por los prestamistas internacionales, pero según los sondeos, quieren quedarse en el euro.
"Nueva Democracia y PASOK deben convencer a los votantes de que, no importa lo enfadados que estén, no deben poner en peligro la pertenencia a la eurozona", dijo Costas Panagopoulos, de la encuestadora ALCO. "Políticamente, solo hay un escenario realista".