M. Continuo

El alivio se mezcla con la humillación en las calles de Atenas

ATENAS (Reuters) - Los griegos reaccionaron con resignación el martes ante el nuevo rescate que recibirá su país para salvarse de la bancarrota a cambio de una década de austeridad y de la humillación de someter sus finanzas a la supervisión de inspectores extranjeros.

Los ministros de Finanzas de la zona euro acordaron tras una maratoniana reunión en Bruselas entregar un nuevo rescate a Grecia, que deberá aplicar nuevos recortes que se sumarán a otros que ya han costado miles de empleos y sumido a la economía en una profunda recesión.

Una sensación de alivio se mezclaba con el sentimiento de humillación en las calles de Atenas, mientras los griegos intentan dilucidar las consecuencias del rescate para el país, que en dos meses elegirá un nuevo Gobierno.

"Somos como un adicto a las drogas que viene de recibir una nueva dosis, esto es a lo que han reducido nuestro país", dijo Ioulia Ioannou, una enfermera jubilada de 70 años, en referencia a los políticos griegos.

"No sé por quién votaré. Votaría por un nuevo partido si alguien tuviera el coraje de crear uno", dijo Ioannou, que antes había dicho ser una votante tradicional del partido socialista PASOK. "Por primera vez, me da vergüenza decir que soy griega", confesó.

Otra jubilada, Vasia Angelou, que nació durante la ocupación nazi de Grecia en la Segunda Guerra Mundial y vivió la dictadura militar de los años 60 y 70, dijo que el acuerdo al menos evitó el riesgo de que Grecia tenga que dejar el euro o incluso la Unión Europea.

"Estoy aliviada", afirmó la mujer, que es jubilada de una agencia de publicidad.

"Hemos vivido épocas peores en Grecia y mucha gente no se da cuenta de que la vida sería mucho peor si nos echaran de Europa. Tengo algo de esperanza de que al menos la vida de mis hijos será mejor", dijo Angelou.

El tabloide Demokratia, que ha publicado fotomontajes de la canciller alemana Angela Merkel con un uniforme nazi, publicó en su portada: "130.000 millones en cadenas".

"Salvación bajo condiciones", publicó, a su vez, el diario de centroizquierda Ta Nea en un editorial en su portada.

Las medidas de austeridad ya han generado protestas masivas en Atenas y enfrentamientos entre la policía y jóvenes encapuchados que han dejado como saldo decenas de edificios incendiados.

En una muestra de las posibles tensiones que podrían producirse, decenas de dueños de estaciones de gasolina y camioneros bloqueaban el martes las calles aledañas a un edificio del Ministerio de Finanzas con carteles donde se tildaba de "ladrones y contrabandistas" a los prestamistas internacionales de Grecia.

Los dos principales sindicatos del país, GSEE y ADEDY, han convocado a protestas para el miércoles.

El desempleo se ha disparado al 20 por ciento y la inseguridad urbana va en aumento, conforme la economía se contrae bajo el peso de los recortes de gastos y de una deuda que equivale al 160 por ciento del Producto Interior Bruto del país.

El acuerdo de rescate solo se alcanzó después de que los tenedores privados de bonos griegos aceptaron asumir fuertes pérdidas y de que se impusieran las demandas de los estados del norte de Europa, liderados por Alemania, para que se refuerce la supervisión sobre las finanzas de Grecia.

El texto del acuerdo no especifica cómo operarán los nuevos inspectores, ya apodados "comandos" por parte de la prensa griega. La Comisión Europea ha dicho que los detalles se definirán esta semana.

Es sobre todo esta parte del acuerdo la que hace sentir vergüenza a muchos griegos.

"Me da vergüenza como ciudadano griego tener una comisión permanente de supervisión", dijo el vendedor de frutas Raptis Michalis.

/Por Lefteris Papadimas y Karolina Tagaris/

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