FRÁNCFORT, Alemania (Reuters) - España se prepara para defender su puesto en el influyente consejo ejecutivo del BCE frente a un grupo de países más pequeños del norte de Europa, dijeron a Reuters fuentes de la zona del euro conocedoras de este tipo de procesos.
El asiento de España en el consejo de la institución monetaria europea, compuesto por seis miembros, está amenazado por países como Holanda, Luxemburgo y Finlandia, que, como núcleo del norte de la zona euro, que, inquietos por los recientes cambios en la cúpula del BCE que han dejado en manos de Italia y Portugal los dos principales cargos de la autoridad monetaria, buscan restaurar el equilibrio regional en el banco.
El mandato de ocho años del español José Manuel González-Páramo en el consejo del BCE finalizará el próximo 31 de mayo, abriendo la puerta a que otro país ocupe su lugar, en el caso de que los líderes de la zona del euro, quienes han de tomar la decisión, decidan desalojar a España. Fuentes dicen que la cuestión pronto estará en el orden del día y que podría debatirse en las reuniones de ministros de Finanzas de la zona euro del próximo 20 y 21 febrero o incluso antes.
"Estos países quieren aprovechar la actual debilidad de España para tratar de conseguir un lugar en el consejo (del BCE)", dijo a Reuters una fuente del banco central de la zona euro, que pidió el anonimato.
"España debe hacer todos los esfuerzos diplomáticos para tratar de conservar su lugar en el consejo ejecutivo", dijo, agregando que existen otros países, además de Holanda, Luxemburgo y Finlandia, que aún no han tenido un puesto en el consejo del BCE y que también pueden reclamar ese puesto.
Si bien las decisiones del BCE son elaboradas por un grupo mayor de 23 - que junto con el propio consejo ejecutivo incluye los 17 representantes de los banco centrales nacionales de la eurozona- el puesto en el consejo es particularmente influyente, ya que establece la agenda para las reuniones de política y puede votar en bloque.
Tradicionalmente España, al igual que todos los países más potentes económicamente de la zona del euro como Alemania, Francia e Italia, han tenido siempre un asiento en el consejo ejecutivo. Sin embargo, las dificultades económicas por las que atraviesa, unido a los recientes cambios en la cúpula del BCE, ha llevado a algunos del sólido núcleo del norte de la zona euro a impulsar cambios para tratar de restaurar un mayor equilibrio entre los estilos de política tradicional y renovadora.
A raíz de los cambios del consejo del BCE, "ha habido un cambio drástico hacia el pragmatismo, sin lugar a dudas", dijo una segunda fuente del banco central de la zona euro, que también pidió no ser identificada.
"Ya existe un debate público sobre el equilibrio norte-sur (dentro del consejo del BCE) (...) España no se encuentra en una posición de fortaleza. Si Alemania dijo que quería a alguien de los Países Bajos o de algún otro país así (en el consejo del BCE), entonces dudo que (España) estaría en condiciones de resistir", añadió.
PRINCIPALES CANDIDATOS
Mucho se ha hablado del alejamiento del BCE del tradicional estilo conservador del Bundesbank desde que Mario Draghi asumiera en noviembre la presidencia de la institución monetaria europea y tras salida de los todopoderosos halcones, Jürgen Stark y Axel Weber, que dominaron las discusiones políticas del BCE.
En sendas decisiones recientes, el BCE ha reducido los tipos de interés en dos ocasiones desde un nivel máximo para hacerlos retornar a un mínimo histórico del 1,0 por ciento, el mes pasado aflojó sus normativas sobre préstamos en una acción sin precedentes, cuando inundó de liquidez barata a los bancos de la zona del euro, con casi medio billón de euros a 3 años.
Independientemente de lo que sucede en la carrera, la salida de González-Páramo será el último cambio en una revisión completa del comité ejecutivo del BCE en los últimos dos años.
Holanda ha abierto el debate sobre la expulsión de España del comité ejecutivo del BCE en mayo del año pasado, cuando expresó su preocupación por la política de equilibrio entre los seis miembros.
Lex Hoogduin, un ex miembro del consejo procedente de Holanda, ha sido promocionado como un posible candidato para reemplazar a González-Páramo, aunque las noticias de que no se lleva bien con el primer ministro del país, de Mark Rutte, podrían reducir sus posibilidades.
Erkki Liikanen y Mersch Yves, los respectivos responsables de los bancos centrales de Finlandia y Luxemburgo, también se mencionan como favoritos. Estos también tendrían sus posibilidades al tratarse de dos de las personalidades que mayor tiempo han ocupado puestos de relevancia en política monetaria del BCE en un momento en el que acaban de llegar de nuevas caras inexpertas como Jörg Asmussen y Benoit Coeure.
No obstante, España también tiene un buen candidato en su antiguo gobernador del banco central Jaime Caruana, actualmente director del Banco Internacional de Pagos.
/Por Marc Jones/
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