ROMA (Reuters) - El primer ministro italiano, Mario Monti, se preparó para una campaña de Año Nuevo con la que reafirmar a sus socios europeos que su Gobierno puede impulsar la alicaída economía, con una visita inesperada y aparentemente privada a Bruselas el jueves.
Monti voló a la capital belga, donde trabajó diez años como comisario europeo, antes de una serie de reuniones con líderes europeos con el fin de reconstruir la confianza en las dañadas finanzas públicas italianas.
"Europa no tiene razones para temer más por Italia", dijo Monti al diario francés Le Figaro antes de una visita de un día a París, donde se reunirá con el viernes con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro François Fillon, y hablará en una conferencia en el Ministerio de Finanzas.
Italia, la tercera mayor economía de la zona euro, aún representa la mayor amenaza para el bloque y una emergencia de deuda podría sobrepasar las defensas de la zona euro y potencialmente destruirla.
El jueves, el rendimiento de los bonos italianos a diez años permaneció por encima del 7 por ciento, cerca del nivel que llevó finalmente a Grecia a pedir un rescate internacional.
Monti se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, el 11 de enero en Berlín, y el 18 del mismo mes con el primer ministro británico, David Cameron, en Londres, antes de una cumbre de líderes de la UE en Bruselas a finales de enero.
Sumará su apoyo a los esfuerzos para vincular más estrechamente las dispares economías de la zona euro, y velará para que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera sea reforzado.
También ha dicho que quiere cerrar las diferencias abiertas entre Francia y Alemania con Reino Unido tras la cumbre de la UE de diciembre, que abrió una profunda brecha entre Londres y sus socios europeos.
INSOSTENIBLE
La designación de Monti como primer ministro en noviembre fue recibida con entusiasmo por los socios exasperados con su predecesor, Silvio Berlusconi, pero Italia todavía está luchando para contener una crisis de deuda que escala y amenaza a toda la zona euro. El mes pasado, Italia aprobó un paquete de austeridad, pero la presión permanece.
Con unos 600.000 millones de euros en bonos que vencen en los próximos tres años, Italia no puede permitirse seguir endeudándose a los niveles actuales por mucho más tiempo, y el Banco Central Europeo se ha visto forzado a seguir comprando deuda italiana para tratar de limitar el daño.
Monti se ha apegado a la meta impuesta por Europa de un presupuesto equilibrado para 2013, y ya ha aprobado 33.000 millones de euros en una mezcla de alzas de impuestos y recortes de gasto y pensiones, para reducir el déficit presupuestario en los próximos dos años.
Pero el principal problema de Italia sigue siendo un crecimiento débil y sin acción en este frente no se avanzará en bajar la enorme deuda pública del país de su nivel actual de 120 por ciento del Producto Interior Bruto.
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