LONDRES (Reuters) - El viceprimer ministro de Gran Bretaña, Nick Clegg, expuso el domingo las tensiones en el seno de la coalición de Gobierno debido a las políticas sobre la Unión Europea, cuando dijo que estaba "amargamente decepcionado" por el resultado de la última cumbre del bloque.
Clegg también afirmó que el primer ministro David Cameron, su aliado conservador, era "malo para Gran Bretaña".
Pero el líder de los Liberales Demócratas, un partido a favor de la integración europea, negó que la coalición liderada por los conservadores - que subió al poder en mayo del 2010 - fuera a romperse.
"Sería incluso más perjudicial para nosotros como país si la coalición se desintegrara ahora. Eso crearía un desastre económico para el país en momentos de gran incertidumbre económica", manifestó Clegg.
El secretario de Relaciones Exteriores, el conservador William Hague, reiteró esa postura, y dijo que era vital continuar porque Gran Bretaña se tambaleaba al borde de otra recesión.
"Aunque algunos de estos puntos de vista diferentes con respecto a Europa han pasado a primer plano en los últimos días los Liberales Demócratas tienen claro, como nosotros, que la coalición sigue y que eso está en el interés vital de este país", dijo Hague a Sky News televisión.
UNA INCÓMODA ALIANZA
Pero las divisiones en la coalición son profundas.
Clegg renovó sus críticas a los miembros euroescépticos del Partido Conservador, que están presionando a Cameron para que mantenga su veto sobre un cambio en el tratado de la Unión Europea con un referéndum para finalizar la pertenencia de Gran Bretaña al bloque de 27 naciones.
"Una Gran Bretaña que deja la UE será considerada irrelevante por Washington y como un pigmeo por el mundo, cuando yo busco que permanezcamos en lo alto del mundo", afirmó a la cadena BBC.
El viernes, Gran Bretaña decidió no ser parte de un plan para un nuevo tratado de la Unión Europea con un régimen fiscal y presupuestario más estrictos destinado a evitar una nueva crisis de deuda en el futuro, diciendo que no tenía las garantías necesarias para su sector de servicios financieros.
Eso dejó a Gran Bretaña aislada como nunca antes de la UE, un bloque al que se unió en 1973 pero que ha sido visto durante mucho tiempo con desconfianza por los británicos.
Las severas declaraciones de Clegg posiblemente mejoren su imagen con los partidarios originales de su grupo de centro-izquierda, que formó una incómoda alianza con los conservadores después de unas elecciones con resultados poco concluyentes el año pasado.
El apoyo a los Liberales Demócratas se ha reducido a poco más de 10 por ciento desde las elecciones, con muchos seguidores descontentos por los compromisos que el viceprimer ministro hizo, especialmente en su decisión de retirar su rechazo a elevar las matrículas de las universidades.
Una separación de la alianza gobernante en este momento dejaría a los Liberales Demócratas expuestos a una derrota en cualquier elección anticipada.
Sin embargo, Clegg dijo que quería que el país tomara compromisos más sólidos con Europa, lo que lo pone en camino de colisión con los legisladores de centro-derecha en el bando de conservadores.
"Estoy amargamente decepcionado con el resultado de la cumbre, precisamente porque creo que ahora existe el riesgo de que Gran Bretaña quede aislada y marginada dentro de la Unión Europea", afirmó a la BBC.
"No creo que sea bueno para el empleo, en la ciudad o cualquier otra parte, no creo que sea bueno para el crecimiento económico o el de las familias ni para el país", expresó.
/Por Stefano Ambrogi y Keith Weir/
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