AMÁN (Reuters) - El Ejército sirio irrumpió el domingo en la ciudad de Hama disparando desde tanques y con armas automáticas, y mató a 45 personas en la incursión para poner fin al levantamiento contra el Gobierno de Bashar al Asad, dijeron activistas y testigos.
Las fuerzas del Gobierno sirio iniciaron al amanecer su asalto a la ciudad - escenario de una masacre en 1982 - tras haber sitiado la zona durante alrededor de un mes.
Una agencia de noticias estatal dijo que hombres armados habían instalado barricadas en la entrada de Hama y que éstas estaban siendo retiradas por las tropas.
Citando fuentes de hospitales, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que la cifra de muertos podría elevarse, dado que decenas de personas habían resultado heridas de gravedad.
Un médico, que no quiso ser identificado por temor a ser arrestado, dijo a Reuters que la mayoría de los cuerpos de las víctimas fueron llevados a hospitales de las ciudades de Badr, al-Horani y Hikmeh.
Decenas de personas estaban heridas y había escasos suministros para transfusiones de sangre, dijo por teléfono desde la ciudad, que cuenta con 700.000 residentes.
"Los tanques están atacando desde cuatro direcciones. Están disparando sus potentes ametralladoras al azar y aplastan bloqueos improvisados de carreteras levantados por los habitantes", dijo el médico, mientras se oía el sonido de disparos de ametralladora de fondo.
Hama tiene un significado particular para el movimiento disidente, dado que el padre de Asad, el fallecido presidente Hafez al Asad, envió a su tropas a aplastar una revuelta allí en 1982, causando la muerte de hasta 30.000 personas en el episodio más sangriento de la historia moderna de Siria.
HABITANTES ATEMORIZADOS
Otro vecino de Hama dijo que había cadáveres en las calles sin ser recogidos, de modo que la cifra de víctimas mortales podría subir. Había francotiradores apostados en los tejados de la compañía estatal de energía y la principal cárcel de la ciudad, afirmó.
La artillería de los tanques caía a una tasa de cuatro proyectiles por minuto en el norte de Hama y sus alrededores, según algunos vecinos, y se había cortado la electricidad y el agua en los barrios, una táctica utilizada habitualmente por el Ejército cuando entra en los pueblos para aplastar las protestas.
Asad intenta aplastar un levantamiento contra sus 11 años de Gobierno que comenzó en marzo, inspirado en las revoluciones de la Primavera Árabe en Túnez y Egipto, que se ha extendido por el país.
Las autoridades sirias han expulsado a la mayoría de los periodistas independientes, lo que hace difícil confirmar las informaciones de enfrentamientos.
En el sur de Siria, activistas dijeron que las fuerzas de seguridad habían matado a tres civiles cuando irrumpieron en casas en la localidad de al-Hirak, unos 35 kilómetros al noreste de la ciudad de Derá.
Activistas locales y el Observatorio Siria para los Derechos Humanos afirmaron que decenas de personas fueron arrestadas, incluyendo tres mujeres.
El grupo activistas indicó que los soldados también detuvieron a más de 100 civiles en el barrio de Muadamiyah en Damasco. Un diplomático occidental dijo que vio a varios tanques entrar en el vecindario.
"El régimen piensa que puede asustar a la gente antes de Ramadán y hacer que se queden en casa. Pero la gente de Hama ha mostrado ser especialmente fuerte", sostuvo, en referencia al mes sagrado de los musulmanes que este año empieza el lunes.
El embajador de Estados Unidos en Siria, Robert Ford, visitó Hama este mes en un gesto de apoyo internacional a lo que describió como manifestaciones pacíficas en favor de la democracia.
El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, quien en su día fue uno de los principales aliados de Asad, dijo en mayo que "no queremos ver otra masacre de Hama", y advirtió al presidente de 45 años que sería difícil contener las consecuencias si el hecho se repetía.
Los líderes sirios culpan a "grupos armados terroristas" de la mayoría de las muertes durante la revuelta, diciendo que más de 500 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad han muerto.