WASHINGTON (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, e importantes congresistas salieron de las negociaciones del jueves aún separados sobre cómo romper el estancamiento sobre el presupuesto y dijeron que los negociadores trabajarán durante el fin de semana para lograr un trato que evite una moratoria de la deuda.
Obama y los líderes del Congreso están buscando recortes del presupuesto de entre dos y cuatro billones de dólares. Con tres opciones a elegir - recortes de casi 2 billones, 3 billones y 4 billones de dólares en los próximos 10 años -, todos los participantes accedieron a alguna de las dos cifras más altas, según asesores demócratas.
La reunión versó sólo sobre la cuantía del acuerdo, no sobre políticas específicas. Una nueva cita el domingo abordará las preguntas más difíciles sobre cómo puede lograrse este ahorro, afirmaron los asesores.
Sin embargo, mientras Obama se esfuerza por alcanzar un acuerdo de reducción del déficit que despeje el camino para que el Congreso aumente el límite del endeudamiento de 14,3 billones de dólares antes del 2 de agosto, también afronta una posible rebelión en su propio partido.
La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó su preocupación de que los recortes en los populares programas como la seguridad social y Medicare puedan ser incluidos en el trato para una reducción del déficit.
Obama y los legisladores estadounidenses buscan un acuerdo que recorte el gasto gubernamental, posiblemente un alza de impuestos, y restaurar una apariencia de orden en la política fiscal. Se espera que el déficit del país alcance los 1,4 billones de dólares este año.
El Departamento del Tesoro ha advertido que no subir el límite de deuda estatal de 14,3 billones de dólares antes del 2 de agosto podría obligar al país a caer en un cese de pagos de su deuda y de otras obligaciones, lo que podría llevar a Estados Unidos de vuelta a la recesión y generar una estela de crisis a través de los mercados financieros del mundo.
Obama habló brevemente con periodistas tras 90 minutos de conversaciones con los líderes del Congreso y dijo que ambas posiciones estaban alejadas y que los negociadores trabajarán duro el fin de semana para que éstas cedieran.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo antes de la reunión que su partido republicano "no está interesado en elevar los impuestos".
Sin embargo, añadió que hay una reforma tributaria de amplio alcance sobre la mesa y que las reformas son necesarias en beneficio de los programas para los ciudadanos más pobres y ancianos para asegurar su viabilidad de largo plazo.
"Creemos que una reforma tributaria amplia, tanto por el lado corporativo como por el lado personal, hará a Estados Unidos más competitivo, ayudará a crear empleos en nuestro país y es algo que está en discusión", dijo Boehner en una rueda de prensa en el Capitolio.
Obama y Boehner han discutido recientemente sobre la ampliación del acuerdo para frenar las revisiones a temas políticamente delicados como el código tributario y programas de beneficios como Seguridad Social, Medicare y Medicaid, dijo un asesor republicano.
Altos cargos, incluido el secretario del Tesoro Timothy Geithner, han dicho reiteradamente que no existen planes de contingencia si los legisladores no dan al Gobierno de Estados Unidos la autoridad para pedir prestado más dinero.
Pero tras las bambalinas, funcionarios de alto rango del Tesoro han estado explorando formas de evitar una crisis financiera que se desataría si el Gobierno no puede pagar sus cuentas a tiempo, dijeron fuentes a Reuters.
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