REIKIAVIK (Reuters) - Los islandeses han rechazado por segunda vez un plan para pagar 5.000 millones de dólares (unos 3.450 millones de euros) en deudas a Reino Unido y Holanda por un colapso bancario, según mostraron los resultados el domingo, y la primera ministra dijo que esto supondrá que se mantenga el caos político y económico en el país.
Los expertos consideran que el "no" en el referendo del sábado indica que la disputa terminará en un tribunal europeo. Los economistas han señalado que la incertidumbre está perjudicando los esfuerzos por sacar a Islandia de la recesión, terminar con los controles de divisas e impulsar la inversión.
"Se eligió la peor opinión. La votación ha dividido en dos a la nación", dijo la primera ministra, Johanna Sigurdardottir, al canal de televisión estatal, afirmando que estaba muy claro que el "no" había ganado.
El canal público sostuvo que casi el 60 por ciento de los votantes rechazó el acuerdo, basándose en los resultados de cinco de los seis distritos electorales, incluyendo la capital, Reikiavik. Hasta el momento se habían contabilizado 169.000 votos de las 230.000 personas con derecho a voto.
Muchos votantes estaban en contra de que los contribuyentes asumieran la carga financiera por las acciones de bancos irresponsables.
Los gobiernos de Holanda y Gran Bretaña expresaron el domingo su decepción por los resultados del referendo sobre el pago de la deuda "Icesave".
En tanto Sigurdardottir, que había pronosticado que un voto en contra causaría incertidumbre económica durante al menos un año o dos, no dijo si su gobierno planeaba dimitir.
"Debemos hacer de todo para evitar un caos político y económico como consecuencia de este resultado", manifestó.
La deuda se produjo cuando Reino Unido y Holanda compensaron a sus ciudadanos por perder sus ahorros en las cuentas corrientes online "Icesave" de Landsbanki, uno de los tres bancos islandeses que colapsaron a finales de 2008.
Sigurdardottir señaló que Islandia ahora tendría que defender su caso ante el tribunal del organismo comercial europeo que supervisa la cooperación del país con la UE, la Autoridad de Supervisión de la EFTA (ESA, por sus siglas en inglés). Economistas han dicho que este camino será mucho más costoso.
El ministro de Asuntos Económicos islandés, Arni Arnasson, dijo que la semana próxima se pondría en contacto con la ESA. El año pasado, al inicio de procedimientos legales, la agencia afirmó que Islandia debía compensar a los ahorradores de Icesave.
El parlamento islandés había apoyado en febrero un plan de pagos acordado con los acreedores, pero el presidente se negó a firmar la ley, provocando la convocatoria del referéndum. En marzo de 2010, los islandeses ya habían rechazado en las urnas una devolución similar por Icesave.
"Sé que probablemente esto nos perjudicará internacionalmente, pero merece la pena adoptar una postura", dijo Thorgerdun Asgeirsdottir, de 28 años, tras votar "no".
"No tuve ningún papel en causar esas deudas, no quiero que nuestros hijos tengan que pagarlas. Sería mejor arreglar esto en un tribunal", manifestó Svanhit Ingibergs, de 33 años, que trabaja en una residencia de ancianos.
Islandia está tratando de salir de la recesión que la golpeó tras el hundimiento de sus bancos, y políticos y economistas han dicho que resolver la cuestión de Icesave ayudaría a que volviera a los mercados financieros.