M. Continuo

El acuerdo fiscal evita el cierre del Gobierno de EEUU

WASHINGTON (Reuters) - El presidente Barack Obama firmó el sábado una ley de gasto temporal que evitó el cierre de las instalaciones gubernamentales, formalizando un compromiso con los republicanos que abre el camino para la próximas peleas por la reducción del déficit, que serán más, y mayores.

Poco más de un hora antes del plazo de medianoche, los demócratas de Obama y los republicanos en la oposición acordaron el viernes un compromiso que recortará cerca de 38.000 millones de dólares (unos 26.000 millones de euros) en gastos para el último semestre del año fiscal, que finaliza el 30 de septiembre.

Después de firmar la ley que mantendrá funcionando al gobierno hasta que se apruebe formalmente el acuerdo en los próximos días, Obama subrayó el hecho de que Washington estaba abierto con una visita sorpresa al Lincoln Memorial.

"Sólo quería decir (...) que debido a que el Congreso pudo arreglar sus diferencias, por eso este monumento está abierto hoy y todo el mundo puede disfrutar de su visita", dijo, ante unos turistas que le vitorearon en la escalinata.

"Estas son buenas noticias para el pueblo estadounidense", dijo Obama en su discurso semanal por radio, pero dijo que el acuerdo implicaba dolorosos compromisos.

"No hubiera hecho estos recortes en mejores circunstancias. Pero también impidió que este importante debate sea superado por políticas y desacuerdos no vinculados con asuntos sociales", dijo.

El acuerdo del viernes por la noche evitó un cierre que hubiera debilitado la recuperación económica estadounidense, dejado sin empleo a unos 800.000 funcionarios federales, demorados los pagos para las tropas en Afganistán e Irak, y cerrado parques nacionales y monumentos.

Pero los republicanos dejaron claro que el pacto no significa un cheque en blanco sobre un déficit que se espera que este año llegue a 1,4 billones de dólares.

"Washington no ha estado diciendo la verdad sobre la magnitud de los problemas que afrontamos", dijo el representante Paul Ryan, quien ha anunciado un plan de presupuesto para ahorrar seis billones de dólares en la próxima década, en parte recortando programas de atención médica administrados por el Gobierno para los pobres y ancianos.

"A menos que actuemos pronto, el gasto gubernamental en programas de sanidad y jubilaciones desplazará todo lo demás, incluyendo la seguridad nacional. Se llevará literalmente cada centavo de cada dólar de impuesto federal sólo para pagar estos programas", dijo el sábado en el discurso semanal de radio de los republicanos.

En cambio, algunos demócratas se mostraron molestos al considerar que la reducción castiga injustamente a los americanos de clase trabajadora, que ya están luchando con los efectos de una profunda recesión, después de que en diciembre Obama ya aceptara un acuerdo que reducía los impuestos a los más ricos.

"Estas cosas son malas. Creo que también es malo para la economía americana", dijo el representante demócrata Eliot Engel a la cadena MSNBC.

Altos cargos de la administración dijeron a periodistas que el acuerdo era una buena señal de que los dos partidos podrían trabajar juntos en otros asuntos bajo presión, incluyendo aumentar el techo de deuda y recortar el déficit.

"(Hay un) mensaje muy importante esta noche para el público estadounidense y esperanzas para el futuro de que nuestros líderes puedan unirse y producir lo que es el mayor recorte de gasto anual en la historia del país", dijo uno de ellos.

Los estadounidenses están divididos sobre el déficit: quieren bajos impuestos, pero se resisten a negociar recortes en los programas de sanidad Medicare y las pensiones de la seguridad social.

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