La derrota en Hamburgo, un mal presagio para Merkel

BERLÍN (Reuters) - Los conservadores de Angela Merkel intentaban el lunes pasar página rápidamente a una derrota aplastante en unas elecciones estatales en Hamburgo, pero el resultado podría repercutir en seis votaciones más este año y en su respuesta a la crisis de la zona euro.

Los democristianos de Merkel fueron barridos del poder en la segunda ciudad de Alemania en las elecciones regionales del domingo con su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial, perdiendo 20,7 puntos porcentuales desde las pasadas elecciones, al 21,9 por ciento de los votos.

La derrota también podría limitar la capacidad de la canciller para maniobrar en la crisis de deuda de la zona euro, donde ha pedido coordinar la política económica con las líneas alemanas. La presión doméstica en contra de pagar facturas de la zona euro se incrementará, según analistas.

"La pérdida en Hamburgo fue mucho peor de lo que nadie había previsto", dijo Dietmar Herz, politólogo en la Universidad de Erfurt. "Merkel asumirá previsiblemente una línea más dura a la hora de defender los intereses de Alemania para calmar a sus seguidores conservadores".

La canciller se enfrentó el año pasado a críticas generalizadas en Alemania por conceder avales, respaldados por los contribuyentes, para paquetes de rescate para Grecia y la zona euro. Esa fue también en parte la razón por la que perdió el control de la cámara alta, o Bundesrat, al no conseguir mantener el estado de Renania del Norte-Westfalia en las elecciones del pasado mayo.

El economista jefe del Commerzbank, Joerg Kraemer, dijo que la derrota de Hamburgo no tendría seguramente ningún efecto directo en la posición negociadora de Alemania en un remodelado paquete de rescate del euro que será lanzado en marzo, ya que se centró en gran parte en temas locales de Hamburgo.

Pero eso podría cambiar si su CDU pierde también el mes que viene en el estado más influyente de Baden-Wurtemberg, donde los conservadores llevan en el poder seis décadas, añadió.

SEIS PENDIENTES

Aunque la CDU contaba con perder Hamburgo y sus tres representantes en el Bundesrat, de 69 escaños, las dimensiones de la derrota en la ciudad más rica de Alemania fueron abrumadoras, y podrían causar turbulencias antes de las elecciones en tres estados en marzo.

Los socialdemócratas en la oposición recuperaron el control de Hamburgo con el 48,3 por ciento de los votos, frente al 34,1 por ciento en la votación de 2008. Ese porcentaje supone 62 escaños y la mayoría absoluta en la asamblea estatal de 121 escaños, su mejor resultado en 17 años.

La posición más débil de Merkel en el Bundesrat, que representa los estados de Alemania, hará que a su coalición de centroderecha le cueste más aprobar leyes. Alrededor de la mitad de las leyes que aprueba la cámara baja también necesitan el respaldo de la cámara alta.

Las de Hamburgo fueron las 17º elecciones regionales consecutivas en las que el porcentaje de los conservadores ha caído con respecto a la votación anterior, una tendencia temible que eleva el nerviosismo entre responsables del partido alarmados ante la perspectiva de perder su empleo.

"Merkel no podrá simplemente barrer Hamburgo debajo de la alfombra y seguir adelante", dijo Gero Neugebauer, politólogo en la Universidad Freie de Berlín. "Definitivamente tendrá implicaciones nacionales, enviando señales para otras elecciones de este año".

"La magnitud de la derrota en Hamburgo dio a Merkel un atisbo de lo que podría tener delante a finales de 2011", añadió. "Si las cosas van mal, podría perder las próximas seis votaciones y eso haría que fuera casi imposible para ella continuar".

La coalición de Merkel tiene ahora 31 de los 69 escaños de la cámara alta tras perder Hamburgo. Hay otros 24 escaños del Bundesrat en liza en las próximas seis elecciones y, en el peor escenario posible, la coalición de Merkel podría perder 13 representantes más este año.

La CDU fue aplastada porque su candidato Christoph Ahlhaus era impopular y realizó una mala campaña, mientras que el candidato socialdemócrata (SPD), el ex ministro de Trabajo Olaf Scholz, recuperó a los tradicionales votantes del partido y ganó votos moderados al hacer de los asuntos económicos el centro de su campaña.