M. Continuo

Ashton busca financiación para apoyar los cambios en el Magreb

BRUSELAS (Reuters) - La responsable de Política Exterior de la Unión Europea está buscando al menos 2.500 millones de euros extra para apoyar las reformas en Túnez, Egipto y otros países del norte de África.

En un artículo publicado en el Financial Times, Catherine Ashton dijo que estaba en negociaciones con el Banco Europeo de Inversión, el órgano de financiación de la Unión Europea, para movilizar 1.000 millones de euros para Túnez este año.

Eso supondría doblar la media de préstamos anuales del BEI en el país, cuyo presidente fue depuesto por una revuelta popular hace un mes.

Ashton dijo que pediría también a los estados miembros de la UE y al Parlamento Europeo 1.000 millones de euros más en préstamos del BEI para los vecinos de la UE en el norte de África y Oriente Próximo, incluido Egipto, para apoyar las reformas democráticas.

Eso se sumaría a los 8.700 millones de euros que el BEI ha reservado para nueve países y territorios - Argelia, Egipto, los territorios palestinos, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Siria y Túnez - para el período 2007-13.

Ashton sugirió que el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo podría proporcionar también al menos 1.000 millones de euros anuales para "afianzar la transición en Egipto, por ejemplo".

Tal decisión por parte del BERD, que no es una institución de la UE, requeriría el acuerdo de todos sus accionistas, no sólo de los que son miembros de la Unión Europea, formada por 27 países.

El lunes, Ashton dijo que la UE quería concluir negociaciones sobre un nuevo acuerdo comercial con Túnez, dando un impulso a una economía tunecina maltrecha por las revueltas de las últimas semanas.

Ashton dijo que los movimientos "que dan poder al pueblo" en Túnez y Egipto tenían especial resonancia en Europa dada su propia historia.

"Nuestra historia también nos dice que la victoria del poder del pueblo es sólo el comienzo. Lleva tiempo, dinero y atención construir las bases de una democracia profunda", escribió.

La UE ha estado bregando para reevaluar sus políticas, en respuesta al malestar que recorrió el norte de África y ha derrocado a los gobiernos autoritarios de Túnez y Egipto, a los que Europa y Estados Unidos habían apoyado.

Aunque la Unión Europea ha expresado su apoyo por un cambio democrático en la región, el malestar ha despertado la preocupación sobre una radicalización islamista y la posibilidad de nuevas oleadas de inmigrantes que buscan llegar a Europa.

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