M. Continuo

El Ministro británico de Finanzas defiende los recortes de gasto

LONDRES (Reuters) - El ministro de Finanzas británico, George Osborne, rechazó el martes que los recortes en el gasto público vayan a sumir a la economía del país en una nueva recesión, al afirmar que la reducción del déficit era la única vía para navegar por una recuperación algo turbulenta.

Osborne señaló la caída en los costes de endeudamiento a largo plazo en los últimos meses como un indicador de que Reino Unido ha recuperado la confianza de los inversores y dijo que se había evitado el mayor riesgo para la reactivación: un alza en los rendimientos de los bonos públicos.

"Ahora hay una confianza que no existía hasta hace unos pocos meses y eso está teniendo un gran efecto estimulante, un estímulo monetario para las empresas y las familias", afirmó el ministro.

Osborne presentó en junio el presupuesto estatal más austero en una generación, prometiendo reducir el gasto y subir impuestos para prácticamente eliminar en cinco años el déficit fiscal, que actualmente equivale al 11 por ciento del Producto Interior Bruto.

La mayor parte de los recortes sólo se sentirá el próximo año, pero la confianza de las empresas y de los consumidores ya ha caído ante el temor a que se pierdan miles de empleos en el sector público.

La semana pasada, el Banco de Inglaterra bajó su estimación sobre el crecimiento económico de los próximos dos años, en parte por los planes de ajuste fiscal.

Osborne coincidió con el banco central en que la recuperación sería irregular, pero dijo que hubiera sido un riesgo mayor ignorar las amenazas que supone un déficit récord.

El ministro responsabilizó a los anteriores gobiernos del opositor Partido Laborista, que estuvo en el poder durante 13 años antes de ser desplazada en mayo por la actual coalición de conservadores y liberal-demócratas.

"La apuesta habría sido no actuar, para poner la reputación británica en riesgo, y dejar la estabilidad de la economía a los designios del mercado de bonos", dijo Osborne en su discurso.

El ministro declaró además que había razones para ser "cautamente optimistas" sobre la situación económica de Reino Unido, pero reconoció que la inflación había resultado ser más resistente de lo que se creía.

Cifras oficiales publicadas el martes mostraron que la inflación apenas se desaceleró una décima en julio, a un 3,1 por ciento, y que sigue por encima de la meta de un 2 por ciento.

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