LA PAZ/LIMA (Reuters) - El presidente colombiano, Álvaro Uribe, ha recibido un firme apoyo en Perú y duras críticas en Bolivia, al iniciar una gira sudamericana para aplacar los temores desatados por un plan que le daría a Estados Unidos el derecho a utilizar siete bases militares en Colombia.
El principal aliado de Washington en Latinoamérica tenía previsto visitar el miércoles y el jueves a sus homólogos de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, en una inesperada gira que excluye a Ecuador y Venezuela, cuyos gobiernos hicieron las críticas más duras al plan colombiano-estadounidense.
El periplo comenzó de forma positiva en Lima, donde el presidente peruano le dio a Uribe un amplio respaldo, pero tropezó horas más tarde con la posición "anti imperialista" del líder izquierdista boliviano Evo Morales.
El presidente indígena, un estrecho aliado del venezolano Hugo Chávez y el ecuatoriano Rafael Correa, dijo haber ratificado a Uribe su rechazo a cualquier base militar estadounidense en Latinoamérica, durante el encuentro de más de una hora que celebraron el martes por la noche en La Paz.
"Como víctima le dije que me siento agredido por la presencia de militares estadounidenses en Colombia", declaró después Morales, otrora un perseguido líder de los productores de coca.
El mandatario colombiano dejó La Paz sin más declaraciones que un breve saludo a los reporteros y un agradecimiento al "espacio de diálogo" con Morales.
Éste, en cambio, dejó claras sus objeciones y anunció que propondrá a la cumbre de Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), "una resolución (para) que no se acepte ninguna base militar extranjera en Sudamérica o Latinoamérica".
El presidente boliviano reveló que Uribe le había anunciado que no irá a la cumbre de la Unasur que se celebra la próxima semana en Quito y, ante la posibilidad de que esto ponga en riesgo al grupo regional, planteó la necesidad de una reunión reservada de los presidentes sudamericanos para analizar la situación.
Bogotá prevé firmar este mes una extensión a su acuerdo militar con Washington que incluiría el uso de siete bases del Ejército colombiano por parte de soldados estadounidenses, superando las tres instalaciones que habían mencionado en julio las autoridades colombianas.
APOYO PERUANO
En Lima, el presidente Alan García se solidarizó con Uribe ante lo que definió como "situaciones enojosas que presentan a Colombia lamentablemente como víctima de algunos hechos que no deberían ocurrir".
"Creo que la historia va a reconocer mucho y muy pronto cuánto se ha hecho en favor no sólo de Colombia sino del modelo democrático de nuestro continente gracias al esfuerzo desplegado por el presidente Uribe y su Gobierno", dijo García tras recibir durante casi una hora al mandatario colombiano, con quien coincide en políticas de libre mercado y de cercanía con Estados Unidos.
El plan de Colombia ha generado críticas en varios gobiernos de la región, principalmente de su vecina Venezuela, donde Chávez acusa a Washington de querer montar en Colombia una plataforma desde la cual "atacar" a sus vecinos en la región.
El plan de Colombia, el mayor productor mundial de cocaína y a la vez principal aliado de Washington en el continente, que lleva décadas luchando contra las guerrillas izquierdistas que se nutren del narcotráfico, ha generado preocupación también en los Gobiernos moderados de Brasil y Chile.