COLOMBO (Reuters) - Las Naciones Unidas dijeron que un ataque de este fin de semana en Sri Lanka que mató a cientos de personas fue el baño de sangre que habían temido, mientras que los Tigres Tamiles y el Gobierno se acusaban mutuamente de la masacre antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la guerra.
En el último ataque conocido contra civiles atrapados en la zona de guerra, cientos de personas habrían muerto supuestamente el domingo en un bombardeo de artillería contra la zona de menos de 5 kilómetros cuadrados que controlan los rebeldes separatistas.
"Hemos estado advirtiendo sistemáticamente contra un baño de sangre, y la muerte a gran escala de civiles incluyendo más de 100 niños este fin de semana parece demostrar que el baño de sangre se ha hecho realidad", dijo el portavoz de la ONU Gordon Weiss.
Los rebeldes acusaron al Gobierno, que a su vez dijo que los Tigres para la Liberación de la Tierra Tamil (TLTT) habían disparado contra las personas que habían mantenido como rehenes durante meses en un intento de último minuto para asegurarse la presión internacional necesaria para lograr una tregua que evite su derrota.
Conseguir una descripción clara de los acontecimientos en la zona de guerra es prácticamente imposible, ya que generalmente está cerrada a los extranjeros y los que están dentro no son totalmente independientes frente a una presión que a menudo se aplica a punta de pistola.
Diplomáticos y funcionarios dijeron que el Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto mantener otra reunión informal sobre Sri Lanka el lunes en Nueva York con los ministros de Exteriores de Reino Unido y Francia, que realizaron una tormentosa visita al país a finales de abril.
El Consejo está dividido sobre la posibilidad de elevar la discusión sobre la guerra de Sri Lanka a un nivel formal, donde podría actuar. Estados Unidos y Reino Unido están presionando para conseguir un alto el fuego, mientras que Rusia y China se oponen.