
La intercesión de Lloyd Blankfein y sus chicos en Goldman Sachs hundió de nuevo los precios del crudo a mínimos de cinco años y medio. No es para menos, los analistas del banco recortaron sus previsiones para el barril de Brent hasta los 42 dólares en los tres próximos meses. La brecha con el West Texas será casi inexistente ya que el petróleo estadounidense se cambiará a 41 dólares en el próximo trimestre.
Cálculos que continúan poniendo presión sobre el sector energético, torturado por la insostenibilidad financiera que se cierne sobre su cabeza en un contexto que podría destartalar inversiones por valor de 2 billones de dólares.
"Las compañías energéticas contabilizan alrededor del 8 por ciento de la capitalización de mercado S&P 500 y el 11 por ciento de los beneficios", explica David Kostin, estratega jefe de Goldman Sachs para Estados Unidos. "Dada esta relación histórica y el precio de los futuros de petróleo, los beneficios del sector caerán alrededor de un 50 por ciento en 2015 a su nivel interanual" advirtió al mismo tiempo que indicó que esto implicará que el S&P 500 borrará cerca de 65.000 millones de dólares, o 7 dólares por acción, con respecto al año que acabamos de dejar atrás.
En sus cálculos para los próximos doce meses, los analistas de materias primas de Goldman situaron el barril de Brent en los 70 dólares desde los 90 dólares y el de West Texas en los 65 dólares, desde los 80 dólares previamente barajados. Según el equipo de analistas, entre los que se encuentra Jeffrey Currie, los precios del petróleo en EEUU necesitan operar en los 40 dólares durante la primera mitad del año para amortizar las inversiones de esquisto en un momento en que la OPEP no tiene previsto reducir su producción.
Además, desde la entidad se advierte que los nuevos campos de crudo y gas donde no se han rubricado una inversión definitiva, no serán viables con un barril por debajo de los 70 dólares. Este tipo de proyectos representan alrededor de 20 millones de barriles diarios.
Es decir, alrededor de 2 billones de dólares en inversiones dentro de la industria quedarían en el aire salvo que se produzca un inmediato cambio de rumbo que fomente las sinergias a través de fusiones y compras o reduzca al mínimos los presupuestos. Esto incluye a los exploradores de esquisto, que podrían perder inyecciones de capital por valor de 930.000 millones de dólares.
De acuerdo a una encuesta realizada en la Conferencia Energética organizada por Goldman Sachs, el 77% de los inversores creen que la expansiones de capital se reducirán entre un 20 y 35 por ciento este año para las productoras y exploradoras estaounidenses en tierra firme.
Desde Bank of America Merrill Lynch, su estratega de divisas, David Woo, puso de manifiesto en un informe distribuído durante la jornada del lunes que una caída de los precios del crudo de 100 a 50 dólares por barril "apoya el crecimiento económico".
"Pero si el petróleo sigue cayendo por debajo de los 50 dólares por barril puede provocar episodios de tensión financiera, impagos y quiebras entre los productores de energía", matizó. En este sentido, el análisis de Woo resaltó que el 15 por ciento del mercado de los bonos basura en EEUU, que alcanza en estos momentos los 1,6 billones de dólares, está expuesto al mercado energético.