
Los metales preciosos han vuelto a acaparar la atención del mercado, ante las especulaciones de incentivos económicos, y la plata ha brillado con más fuerza que los demás, revalorizándose más de un 20% durante el verano. Y es que los usos industriales del metal han aumentado casi el doble en la última década. Ha llegado el momento de buscar la cubertería y los marcos de la abuela.
El Río de la Plata separa las capitales de Uruguay y Argentina, y el nombre de Argentina proviene del latín Argentum que significa plata, por eso, en la tabla periódica de elementos químicos las siglas del metal plateado son Ag. Y es que en tiempos de la conquista del Nuevo Mundo la plata fue quizá el tesoro más valioso que los europeos pudieron traer consigo a casa.
En estas últimas semanas el metal ha brillado con mucha fuerza, pues ante las posibilidad de un QE3 -que ha debilitado al dólar- y con un euro que desde el jueves ha empezado a recuperar parte de la credibilidad que se había venido dejando desde que comenzó la crisis de los países periféricos, aprovecha el momento para apreciarse con fuerza. Tras tocar mínimos anuales el 28 de junio, ha ganado más del 20% de su valor en verano. Pero, hay más motivos, y sobre todo menos especulativos, que nos motivan a pensar en el metal plateado.
Esta materia prima ha sido acuñada como moneda desde el 700 antes de cristo, y en algunas culturas (como la egipcia) llegó a ser aún más valiosa que el oro. En la actualidad, ya nos da razones para mirarla con otros ojos, pues cuando a uno le hablan de plata quizá pensamos en pendientes, joyas o en la cubertería de la abuela, pero hoy por hoy hablar de plata es hablar de instrumentos médicos, energía solar, agua purificada y muchas otros usos industriales.
Las propiedades antibacteriales y las recientes investigaciones que la vinculan con la regeneración de células advierten, que los usos del metal en la medicina apenas comienzan. Por otro lado, su demanda en el ámbito de la higiene alimentaria se ha incrementado y es que es vital en el proceso de purificación de agua. Finalmente, los paneles solares que ahora adornan el paisaje de los viajes por carretera usan más plata de lo que imaginamos, para producir un giga vatio de energía se necesitan 80 toneladas del metal.
Hace 10 años, la demanda de plata para uso industrial no lograba alcanzar el 30% del total de producción, en 2011 pasó a ser poco más de la mitad de la demanda y se prevé que llegue a rondar el 80% en 2020. Todo apunta a que la necesidad del metal irá aumentando con el paso de los años. Sin embargo, la producción apenas crece a un ritmo del 2% anual desde el 2000, y según la Sociedad Geológica de EEUU el volumen de plata que queda por explotar es potencialmente pequeño. Por lo mismo, el suministro del metal es muy inelástico y una buena oportunidad.
Invertir en plata
De esta forma, hay motivos para pensar en esta materia más allá de ser un valor refugio. Tal vez lo complicado está en como se puede invertir en ella, pues comprar joyas no es práctico y es caro, y llenar la casa de monedas tampoco es viable. El problema con instrumentos financieros basados en metales preciosos es que el oro suele ponderar más en los principales fondos y ETF.
Es por ello, que nos hemos dado a la tarea de encontrar formas de invertir en plata y sólo en plata. Y encontramos cuatro ETF que sólo contienen plata y que son muy liquidos, quizá entre ellos encuentre una posibilidad. Como en todo menú 'hay dos sopas', una son los ETF basados en futuros y otra los basados en plata física. La ventaja de estar respaldado por el metal en físico, es que su comportamiento será el mismo que el del precio genérico de la onza de plata -o muy cercano- con menor riesgo que un futuro.
Y es que un futuro no es más que un contrato entre dos partes que les obliga a compra o vender un número determinado de bienes en una fecha y a un precio específicos, por lo que las variaciones en el precio pueden traer mayores ganancias pero mayores pérdidas también. El tipo de activo es una decisión bastante personal, pero si se pone la prudencia por delante, tal vez sea mejor reducir riesgos. La diferencia puede encontrarse en los rendimientos, el USLV basado en futuros ha logrado sacar más del 70% de ganancias en el rally veraniego, mientras el SLV basado en plata física gana un 22% -lo mismo que la onza genérica-.
La ventaja de operar con ETF es que funcionan igual que acciones, y se pueden comprar y vender en cualquier momento. La mayoría cotizan en EEUU, por lo que están en dólares, pero se puede operar en ellos desde España. Será importante mantener el ojo cerca del metal plateado, pues se hablará más de él conforme sus usos industriales sigan aumentando, y sobre todo mientras no se concrete -y en su caso hasta que el mercado descuente- una tercera ronda de incentivos económicos en Estados Unidos, la plata será muy sensible a lo que haga el dólar.