Barcelona, 28 feb (EFE).- Las personas afectadas por Sensibilidad Química y Ambiental Múltiple (SQM) exigen una mejor atención médica en la sanidad pública, un mayor número de profesionales que conozcan esta patología y algún centro de referencia en donde ser tratados adecuadamente por los especialistas.
Estas son algunas de las demandas que se hacen desde la Asociación de Personas Afectadas por Productos Químicos y Radiaciones Ambientales (Apquira), según explicaron a Efe Núria Orduña y Josefa Lucena, pertenecientes a la entidad, con sede en Barcelona.
La SQM es una patología aún pendiente de reconocer plenamente por la Organización Mundial de la Salud y los pacientes suelen sufrir la incomprensión o escepticismo de muchos médicos que desconocen su existencia.
Así lo exponen los doctores Joaquim Fernández-Solà y Santiago Nogué, del Hospital Clínico de Barcelona, en el libro "Sensibilidad Química y Ambiental Múltiple" (Viena Ediciones), donde recogen los aspectos generales de la enfermedad, las manifestaciones clínicas, posibles tratamientos o recomendaciones prácticas para los pacientes.
Tanto Núria Orduña como Josefa Lucena adquirieron su hipersensibilidad química tras haberse fumigado o desinsectado los centros donde trabajaban sin ser avisadas de ello, y haber estado en contacto con los productos tóxicos durante horas e incluso días.
Josefa Lucena, residente en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y de 49 años, explica que desde que sufrió el percance laboral en 2006 "la vida se transformó para mí, porque parece que uno estuviera excluido de la sociedad, pues no puedes ir por la calle, no puedes ir a comprar, no puedes compartir nada con nadie, sólo con la familia y con muchos cuidados".
"Además, está el calvario de la atención medica, es todo un peregrinar porque es una enfermedad nueva que no está muy difundida, y vamos a los médicos de cabecera y no saben de qué les estamos hablando", asegura Josefa Lucena, que utiliza una mascarilla para transitar por las calles del área metropolitana.
Entre sus experiencias, cuenta esperas de hasta 14 horas en urgencias de un hospital "porque parece como si ninguno de los médicos que está de guardia quisiera cogerla a una", así como un cúmulo de derivaciones hasta que llegó al doctor Santiago Nogué, tras 33 meses de espera.
Josefa Lucena tiene claro que en Barcelona "se necesita un centro de referencia de tercer nivel, donde los especialistas estén preparados, y eso es lo que se nos niega", aunque responsables de la Generalitat les han indicado que uno de estos centros podría ubicarse en el nuevo hospital Moises Broggi de Sant Joan Despí.
Por su parte, Núria Orduña, de 56 años y tesorera de Apquira, confirma que aún existe "bastante incomprensión" por parte de algunos médicos que "nos dicen que tenemos histeria, problemas hormonales o de menopausia, y casi nos mandan al psiquiátrico".
Núria Orduña relata que, desde que sufrió el incidente que le sensibilizó contra los productos químicos, en 1999, "no puedo hacer las cosas que hacia antes si en un lugar hay ambientadores, colonias o han limpiado con lejía, porque no lo podemos soportar", motivo por el que en las casas "limpiamos con vinagre, bicarbonato o con agua sola".
Reclama también un centro público de referencia porque "estamos desatendidos y en la Seguridad Social no tenemos a donde ir, sólo a médicos particulares".
Josefa Lucena demanda asimismo un centro en un entorno natural al que los afectados puedan acudir y recuperarse un poco del ambiente de la ciudad, especialmente cuando sufren obras en sus edificios o se pavimenten las calles donde residen.