
Los precios bajos de la energía son cosa del pasado. El barril de petróleo ha alcanzado máximos históricos de más
de 80 dólares (unos 56 euros), la lucha por el gas se está acelerando y con 100 dólares (70 euros) ya no se podrá comprar una tonelada de carbón
La firmeza de los mercados petroleros, impulsada por la creciente demanda de países en rápido crecimiento como China e India, ha impulsado consigo otros costes energéticos.
Hace diez años, uno podía comprar al menos cinco toneladas de carbón por 100 dólares, una fuente de energía barata pero contaminante que abastece las plantas de generación eléctrica y fábricas de todo el mundo.
En algunos países, el gas todavía puede ser una ganga, especialmente en verano, pero los futuros del mismo también están subiendo en Europa, donde muchos contratos de suministro están vinculados con los precios del crudo.
Salvo que tengas tus propias reservas, no tener gas en un mercado cada vez más globalizado significa que hay que superar a la competencia o estrechar lazos con los vecinos con gas y esperar a que no recorten los envíos o que se les terminen más rápido de lo esperado.