
El caos egipcio ha impulsado el precio del crudo, que supera los cien dólares. La incertidumbre, incluso en los pequeños productores, afecta a la valoración del 'oro negro'.
La situación en Egipto continúa siendo incierta. Aunque dos destacados reformistas económicos egipcios han rechazado cargos en el nuevo Gobierno (Rachid Mohammed Rachid y Yousef Boutros Ghali), sus sustitutos son relativamente alentadores, aunque tememos que no se les conceda margen para responder a las reivindicaciones económicas en que se basan los disturbios.
A corto plazo, Mubarak ha abierto el viejo manual de los subsidios, subsidios y más subsidios, impulsando recortes en el precio de los alimentos y manteniendo los apoyos estatales a los precios. A un plazo más largo, el refuerzo del empleo y el crecimiento económico tras el actual frenazo dominarán la agenda política y creemos que el Gobierno girará aún más hacia una política expansionista que respalde el crecimiento económico. El gasto fiscal aumentará, pese a que caerán los ingresos. Dado que la expansión fiscal está constreñida por un déficit fiscal del 8 por ciento o superior, casi todo el apoyo vendrá del lado de las políticas monetarias.
Una moneda débil
Esperamos que las subidas de los intereses se aplacen todavía más, ya que el Gobierno depende de los subsidios para enfriar las presiones de los precios. El sesgo depreciativo de la libra egipcia también debería continuar, apoyando las exportaciones y la competitividad.
Dados los riesgos a corto plazo de huida de capital, el Banco Central de Egipto se verá obligado a recurrir a parte de sus reservas oficiales y no oficiales, aunque la debilidad de la libra seguirá siendo un elemento importante. Anticipamos que otros países de Oriente Medio y del Norte de África, junto a varios regímenes del África subsahariana, adaptarán de forma generalizada una política de apoyo similar, prácticamente inaccesible para sus importaciones de materias primas, además de colocar más presiones sobre sus activos.
El crudo, correa de transmisión
Los disturbios en Egipto han propulsado los precios del petróleo, que han subido cuando otros activos de riesgo, incluidos muchos activos de mercados emergentes, se han visto afectados.
La historia sugiere que una incertidumbre prolongada y el riesgo de inestabilidad en países productores de petróleo, incluso en los más pequeños, añadirán riesgos a las previsiones del precio del petróleo. Las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, que representa el 30 por ciento de la producción global, suelen afectar de forma acusada a los precios del crudo, dada la concentración de la producción internacional y la persistencia de puntos de asfixia en el sistema de transporte, por lo que la medida del mercado no debería sorprender.
Estas preocupaciones se añaden a las de otros puntos de asfixia, como el Estrecho de Hormuz y el Golfo de Adén, infestado de piratas.
El propio Egipto es un exportador de petróleo neto muy modesto y origen de más de la mitad del gas natural exportado a Israel (un dato que ha levantado muchas presiones políticas en Egipto dada la subida del precio nacional del gas).
Por el momento, hay pocas probabilidades de una conmoción en el suministro en nuestra opinión. En Roubini Global Economics (RGE) creemos que el cierre del Canal de Suez, incluso durante un breve periodo, sería muy improbable. El Canal de Suez representa una pequeña parte del comercio internacional de petróleo: menos de dos millones de barriles al día (mbd) de petróleo y productos derivados transitan por él. Más de la mitad de ellos lo hacen con rumbo norte hacia Europa, mientras que el resto, principalmente los derivados, sigue su camino hacia el sur).
Punto clave para el transporte
Una parte algo mayor recorre el oleoducto de Suez/Mediterráneo (Sumed), copropiedad de petroleras nacionales de Egipto, Arabia Saudí, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. Desde la perspectiva de Egipto, sin embargo, el petróleo representa alrededor del 20 por ciento del tráfico del Canal de Suez y los ingresos respaldan las cuentas externas del país.
Egipto detestaría perder su reputación de gran foco de transporte para el comercio del petróleo y otros productos después de tantos años reparando los daños sufridos durante el cierre del canal por Nasser tras la guerra de 1967, cierre que se prolongó hasta 1975. Circunvalar Suez y rodear el cuerno de África añade 6.000 millas (unos 9.700 kilómetros) a cualquier trayecto, con el coste que ello conlleva.
Arabia Saudí, Libia y Argelia
El suministro internacional sigue estando, a pesar de todo, en peligro. Un riesgo más significativo procede de la desestabilización en uno de los principales países exportadores que podría reducir el suministro.
Arabia Saudí posee más recursos para abordar las reivindicaciones. Las últimas protestas han surgido por el retraso en las subidas salariales y otras cuestiones laborales. Responder a algunas de estas preocupaciones aplacaría los ánimos.
Libia y Argelia también se encuentran en situaciones precarias y, al suministrar la mayoría de sus recursos a Europa en lugar de Asia, podrían afectar al comercio entre el norte y el sur. En concreto, Argelia presenció nuevas protestas el 30 de enero, cuando las zonas bereberes se quejaron de maltrato. Aunque no hay motivo para temer recortes de la producción por ahora, la prolongación de las protestas es preocupante. Argelia también exporta cantidades considerables de gas.
Como resultado, aunque en RGE creemos que existen riesgos crecientes para los precios del West Texas Intermediate (WTI, el barril de referencia en EEUU) y del Brent (crudo de referencia en Europa) a corto plazo, nos atenemos a nuestra previsión de que WTI presente una media de 90 dólares estadounidenses por barril en 2011. Esperamos que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) sigan produciendo gradualmente más petróleo, como llevan haciendo desde finales de 2010.
Más suministro
Pese a la postura oficial sin cambios de la Opep, la producción ha aumentado progresivamente debido al aumento de las extracciones de todos los miembros. Esperamos que Arabia Saudí, que representa el grueso del excedente útil de capacidad de la Opep, siga bombeando más petróleo por miedo a que la culpen de un receso en la economía internacional si no lo hace.
Calculamos que Arabia Saudí, sola, posee unos cuatro millones de barriles diarios de excedente de capacidad, mientras que el resto de la Opep suministra un excedente adicional de unos 0,5-1 mbd (lo demás probablemente son ilusiones de países como Nigeria).
Otros miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico (CCG) también podrían reforzar el suministro, aumentando los cargamentos de salida a mercados asiáticos.
Ello podría compensar parcialmente la bajada de la producción prevista en Nigeria para los próximos meses, donde las extracciones podrían seguir reduciéndose. La producción de la Opep podría enfriar sólo modestamente los precios, aunque una prolongación de los altos precios acabaría desencadenando un compromiso de la Opep. El liderazgo procederá, posiblemente, de Arabia Saudí, cuyo ministro del petróleo, Ali al-Naimi, ha vuelto recientemente a alabar el tramo de 70 a 80 dólares, en lugar del situado entre los 70 y los 90 dólares.
Si el precio del petróleo se mantiene durante un periodo prolongado por encima de los cien dólares, podrían presentarse riesgos para la economía global. Un aumento prolongado del precio del petróleo podría enfriar la producción y el consumo en mercados emergentes intensivos en materias primas, como China, e incluso en Estados Unidos.
Los riesgos para Egipto
Los riesgos van a la baja para el crecimiento económico egipcio en 2011. En primer lugar, abordaremos los efectos en la economía real:
Empleo e inversión
Empresas locales y extranjeras han anunciado cierres que podrían prolongarse. La producción industrial y la inversión podrían sufrir en la primera mitad del año. Dado que compañías internacionales como BG y Nissan han reducido la producción, las exportaciones podrían caer. Ello perjudicará los esfuerzos del Gobierno de crear empleo. A Egipto podría resultarle difícil abordar su problema de pobreza.
Demanda doméstica
Mientras tanto, la incertidumbre política podría pesar sobre la sólida demanda doméstica egipcia. La escasez de alimentos podría sumarse a la inflación pese a la renovación de los subsidios.
Turismo
Con algunos turistas repatriados, los ingresos del turismo (7.000 millones de dólares en 2010) podrían caer al menos en la primera mitad del año, hasta que la situación se estabilice. En Túnez, los destinos turísticos siguen vacíos.
Logística: Canal de Suez
La posibilidad de cierre del Canal de Suez es baja, pero no descartable. Si la situación de inseguridad escala, los ingresos del Canal podrían verse afectados gravemente, poniendo más presión en los balances externos de Egipto.
Y, en segundo lugar, éstas son las consecuencias financieras:
Huida de capitales
Los inversores extranjeros podrían exigir mayores rendimientos en un abanico de activos egipcios, desde la deuda al capital. Los flujos de capital podrían verse afectados mientras continúa la incertidumbre política y se deteriora la situación fiscal.
Presión bancaria
Los cierres de bancos están afectando al consumo, obligando a los ciudadanos a acumular efectivo. Cuanto más tiempo permanezcan cerrados los bancos, mayor es el riesgo de una huida bancaria y conversión a activos extranjeros. Los bancos británicos y franceses siguen siendo los más expuestos a las entidades egipcias, con otros países europeos en un tercer puesto. Los bancos CCG también están expuestos.
Vulnerabilidad fiscal
El deterioro de las cuentas fiscales y el debilitamiento de la postura futura contribuyó a una bajada de la calificación de Moody's y S&P. La combinación de los precios en aumento del trigo, la ley de subsidios, otros gastos estatales y mayores costes de cumplimiento de la deuda podrían crear un bucle negativo. Dada la creciente dependencia en deuda externa en vez de interna, Egipto podría enfrentarse a problemas de financiación.