
Buenos Aires, 20 mar (EFE).- Las patronales rurales de Argentina convocaron hoy a una nueva huelga comercial en demanda de una mayor rebaja de los impuestos a la exportación de granos que el Gobierno de Cristina Fernández se niega a conceder.
La medida de protesta, la segunda en lo que va del año y séptima desde que estalló el conflicto, en marzo de 2008, se realizará entre mañana y el viernes próximo y consistirá en la no comercialización de cereales y ganado, anunciaron los líderes del sector agropecuario en una rueda de prensa.
"Estamos con una profunda preocupación porque después de tantos meses continúa la crisis", dijo Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, una de las cuatro entidades que convocaron la huelga.
El lanzamiento de la medida de fuerza sectorial se produjo en una jornada en la que se multiplicaron los bloqueos de rutas por parte de agricultores en distintos puntos del país, medidas que fueron calificadas como una "extorsión" por el Gobierno.
Los cortes se iniciaron ayer, luego de que el oficialismo se negara a dar quórum en el Parlamento para debatir un proyecto presentado por la oposición para bajar los impuestos a las exportaciones los granos.
Pero, la irritación de las patronales rurales creció cuando en la tarde del jueves la presidenta Fernández anunció que girará a las provincias y municipios el 30 por ciento de lo que recaude por el impuesto a las exportaciones de soja, el principal cultivo del país.
El derecho a las ventas externas de soja es del 35 por ciento y el Ejecutivo se niega a bajarlo para no afectar las cuentas públicas.
Las organizaciones del campo consideran "confiscatorio" a ese tributo y a los que pesan sobre las exportaciones de girasol (32 por ciento), trigo (23 por ciento) y maíz (20 por ciento).
"Ayer se perdió una gran oportunidad. Fuimos al Congreso para buscar una salida que permitiese reactivar el país y no tuvimos presencia de legisladores del oficialismo", sostuvo Llambías, quien calificó a esa actitud como una "incongruencia".
El dirigente indicó que "llama la atención que ayer haya salido un decreto de necesidad y urgencia" para "co-participar" la recaudación de los impuestos a las exportaciones de granos y dijo que no cree que "esos paliativos sirvan".
"No alentamos los cortes de rutas. Lamentablemente son efectos no deseados. Entendemos que hay mucha bronca en el campo, pero no queremos perjudicar a la población y no va a haber desabastecimiento de alimentos", enfatizó Llambías.
El conflicto entre el Gobierno y las patronales rurales estalló en marzo de 2008, cuando el Ejecutivo impuso un esquema de impuestos móviles a las exportaciones de granos que fue rechazado por el Parlamento, tras lo cual las alícuotas volvieron a ser fijas.
Por esta situación Argentina, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, sufrió el año pasado millonarias pérdidas por las huelgas agropecuarias y los bloqueos de rutas que llevaron a cabo los productores rurales.