
Eva Serrano se licenció en Derecho en el centro CEU Luis Vives y, actualmente, ejerce como abogada por cuenta propia. Además, es accionista de varias compañías y está inmersa en el proceso de creación de otras nuevas.
Es presidenta de Aseme desde marzo de 2015. ¿Qué valoración hace de ese tiempo?
Mi valoración es más que positiva por la oportunidad que supone poder liderar una asociación empresarial de mujeres que cuenta con una trayectoria de más 45 años trabajando por la promoción, fomento y desarrollo de los valores y aptitudes de la mujer empresaria, y las condiciones socio-económicas que garanticen la igualdad de oportunidades y favorezcan la promoción de la mujer en el ámbito empresarial.
¿Qué retos de futuro tiene?
Como presidenta de Aseme, consolidar la asociación a fin que cuando toque el oportuno relevo, las que estén por llegar lo tengan tan fácil, que puedan dar continuidad a 45 años más de asociación, afianzar las relaciones con las asociaciones de mujeres del resto de España y de fuera de nuestro país para alcanzar acuerdos de colaboración entre todas nosotras.
¿Cree que existe corrupción empresarial? De ser así, ¿cómo se combate?
Tenemos que ser inflexibles cuando se conocen los casos de corrupción. La corrupción se ha soportado todos estos años porque ha habido muchos intereses y muchas personas que, por miedo o por desidia, no han denunciado. Nosotros tenemos que dar ejemplo a la sociedad de ética y transparencia. Lo triste de la corrupción es que ha puesto en tela de juicio a cientos de empresarios que han sido del todo ajenos a la misma, obviándose su creación de empleo y riqueza de una manera ética y transparente. Se combate como se hace con lo que no es justo, luchando, denunciando y, por supuesto, diciendo no.
¿Cuál es su opinión sobre el techo de cristal?
Personalmente, que llevamos demasiado tiempo hablando del techo de cristal, y digo yo que, si es de cristal, será porque se puede romper. Legalmente no existe discriminación. Ante la ley, ya somos iguales -no desde hace mucho tiempo, pero lo somos-, aunque la realidad es que todavía no existe la igualdad en la mayoría de las situaciones cotidianas, y en especial en el ámbito familiar. Tenemos mucho trabajo que hacer en el ámbito de la corresponsabilidad, no podemos pedir fuera de nuestros hogares una conciliación que a veces no pedimos en nuestras propias casas. Tengo mucha confianza en que, gracias a la educación, la sociedad puede desterrar muchos mitos y permitir una evolución más rápida y en plena igualdad del hombre y mujer, que deben avanzar juntos.
¿Qué opina de la reforma laboral?
Nos gustaría que nos preguntasen más a las mujeres empresarias, porque tenemos una visión diferente. No somos multinacionales, ni cotizamos en bolsa, las pymes generan el 80% del empleo y, sin embargo, qué poco se nos oye. Las políticas laborales actuales no convencen a los trabajadores ni a los empresarios. Cuando nosotros hablamos de flexibilidad no queremos decir precariedad. No queremos hablar de despidos, sino de empleabilidad. Ni de congelación salarial, sino de equidad y remuneración en base a la productividad. Hace falta que haya más confianza, más transparencia, y más democracia, también en las empresas.
¿Existe mucha desigualdad en Madrid?
Creo que en Madrid tenemos más acceso a los puestos de toma de decisión en bases de igualdad hombres y mujeres. Es una Comunidad que sí puede considerarse bastante privilegiada.