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El argentino Guillermo Martínez, Premio Nadal de Novela con 'Los crímenes de Alicia'

  • Ensalza lo policíaco por producir una "discusión entre lo verdadero y lo demostrable"
  • El galardón está dotado con 18.000 euros.
Guillermo Martínez, ganador del 75 Premio Nadal. Imagen: EFE

El escritor y matemático argentino Guillermo Martínez, Bahía Blanca en 1962, ha ganado en la noche de este domingo el 75 Premio Nadal de Novela de la editorial Destino, dotado con 18.000 euros, con la historia 'Los crímenes de Alicia', que se ha impuesto entre las 343 obras presentadas, y tiene vínculos con su anterior novela 'Los crímenes de Oxford' -adaptada al cine por Álex de la Iglesia-.

Al recoger el galardón, Martínez ha ensalzado la novela policíaca y ha dicho que es una especie de continuación de 'Los crímenes de Oxford', aunque ha insistido en que es una historia "absolutamente independiente".

Presentada al certamen literario como 'Los papeles de Guildford' con el seudónimo G., esta novela tiene en común con 'Los crímenes de Oxford' la investigación de sucesos criminales y a sus mismos personajes: el profesor Arthur Seldom y su joven estudiante.

Si en 'Los crímenes de Oxford' el eje de la historia eran las secuencias matemáticas, en esta novela el motor son los símbolos del universo de la novela 'Alícia en el país de las maravillas', de Lewis Carroll.

La historia ganadora se ambienta en Oxford (Reino Unido) en 1994, en el seno de la Hermandad Lewis Carroll, donde suceden unos crímenes vinculados al mundo literario de 'Alicia en el país de las maravillas'; para desentrañar su misterio, el profesor de lógica Arthur Seldom -miembro de la hermandad- y el joven estudiante de matemáticas unirán sus esfuerzos.

Ha explicado los miembros de esta hermandad, la mayoría biógrafos, deciden publicar los diarios privados de Carroll, y una página arrancada desencadena una serie de crímenes que remiten a los símbolos de 'Alicia en el país de las maravillas'.

Ante ello, "unen esfuerzos", y sobre todo el profesor y su joven discípulo discuten de lógica, filosofía y de las muchas facetas de la vida de Carroll.

Aparte, el ganador ha destacado su interés por la novela policial con enigmas al estilo inglés, donde es necesario averiguar quién es el asesino, ya que hay "un pacto entre el lector y el autor, porque el lector sabe que el autor tratará de engañarlo".

También ha aplaudido de este género que en la novela policial hay conjeturas y es allí donde se produce una "discusión entre lo verdadero y lo demostrable", yendo hacia terrenos filosóficos y no filosóficos.

"Estoy inmensamente feliz. Éste es el premio con el que soñaría cualquier escritor", ha dicho antes de ensalzar que es el más antiguo de España y que está integrado por ganadores de prestigio como Carmen Laforet, Francisco Umbral y Ana Maria Matute.

Con un jurado integrado por Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y Emili Rosales, el premio se ha fallado en la tradicional velada literaria en el Hotel Palace de Barcelona.

"Carroll era lógico y matemático"

Martínez ha dicho que "Carroll era lógico y matemático y hacía acertijos en sus libros". En rueda de prensa, ha explicado que la idea inicial de la novela tuvo que ver con un hecho real que descubrió mientras escribía un artículo de Carroll relacionado con páginas que fueron arrancadas por sus familiares de la biografía del autor. 

"Durante mucho tiempo sólo se conocían parte de aquellos diarios. A partir de esta base real he imaginado a estos personajes que discuten teorías relacionadas con Carroll", ha detallado.

Igualmente, ha señalado que  la novela tiene dos niveles de lectura: uno sobre los crímenes y la biografía de Lewis Carroll, y una segunda sobre el cuento de Jorge Luis Borges, 'Pierre Menard', en la que el personaje imagina y reescribe a un Quijote contemporáneo. 

Preguntado por la adaptación al cine como la de su anterior novela 'Los crímenes de Oxford', ha explicado que si bien está escrita en primera persona y le resultaría "muy difícil" que pueda hacerse en cine, ha admitido que algunas escenas ganarían mucho en la gran pantalla. 
"A veces se cree que el cine es el escalón máximo, y para mí no es así. Para mí, el máximo es llegar al punto y final", ha explicado el escritor, que en la escritura de la novela hay numerosos problemas que van surgiendo y la felicidad máxima es poderla terminar. 

El galardonado también es autor de los cuentos 'Retrato de un pisicultor' y 'Un descenso al infinito', así como de las novelas 'Acerca de Roderer' y 'La mujer del maestro'.

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