
¿Dónde escribió J.K. Rowling la saga de Harry Potter? ¿En qué lugares se refugiaba Tolkien para alejarse del mundo real y seguir dando forma a la Tierra Media? ¿Cómo surgió la inspiración para que Joyce ideara su Ulises? A las puertas del Día del Libro este lunes, nos adentramos en los escenarios que han acompañado a algunos de los escritores más prestigiosos del mundo en su ardua tarea de crear universos propios y llenarlos de historias.
Los cafés sustituyeron a los despachos para muchos de ellos, y se convirtieron en sus rincones de creación e inspiración. Estos son los más característicos, recogidos por la plataforma cultural Musement:
Café a Brasileira (Lisboa)
Quienes visiten la capital lusa no pueden perderse el Café a Brasileira (Rúa Garrett, 122). Este local, situado en el barrio histórico del Chiado, fue uno de los favoritos del poeta Fernando Pessoa, e incluso la cafetería cuenta con una estatua de bronce suya a la entrada. Además, el café aparece en la portada del libro Sostiene Pereira de Antonio Tabucchi.
Café el Fishawi (El Cairo)
En la capital egipcia es obligatorio detenerse en el Café el Fishawi (El-Fishawi; El-Fishawi Alley; Khan al-Khalili), un lugar con encanto que destaca, especialmente, por sus espejos. Es uno de los lugares en los que encontraba inspiración el Premio Nobel Naghib Mahfuz.
Floridita (La Habana)
En la capital cubana es reseñable Floridita (Obispo, La Habana), una cafetería en la que se podía encontrar habitualmente a Ernest Hemingway, quien cuenta con una estatua suya al extremo de la barra y una bebida creada en su nombre. Sin embargo, no fue el único escritor famoso que pasó por allí, también eran asiduos a este local Tenesse Williams, Jean-Paul Sartre o Graham Greene.
Café Comercial (Madrid)
Uno de los locales favoritos de la capital española para artistas, literatos e intelectuales fue el Café Comercial (Glorieta de Bilbao, 7). Entre sus paredes se daban cita escritores como Antonio Machado, Ignacio Aldecoa, Enrique Jardiel o Gloria Fuertes.
The Elephant House (Edimburgo)
Harry Potter, una de las sagas más famosas del mundo, surgió entre las paredes de The Elephant House (21 George IV Bridge). En esta cafetería, J.K.Rowling dio rienda suelta a su imaginación para crear un mundo literario que ha atrapado a niños y mayores.
Davy Barne's (Dublín)
Los amantes de los libros que visiten la ciudad pueden entrar en este pub irlandés, situado en el número 21 de Duke Street, que sirvió no sólo de inspiración para Ulises, la obra más famosa de James Joyce, sino que, además, éste la incluyó en dicho libro a través de Leopold Bloom, protagonista de la ficción, que entra en el local a degustar un sándwich de queso gorgonzola con un vaso de Borgoña.
Eagle and child (Oxford)
En una de las ciudades universitarias más famosas del mundo se encuentra el pub Eagle and child (St. Giles), que cuenta con una zona llamada The Rabbit Room, un espacio situado al fondo del local en el que se daban cita cada martes el grupo literario conocido como los 'Inklings', del que formaban parte J.R.R.Tolkien y C.S. Lewis.
Antico Caffè Grecco (Roma)
Los amantes de la literatura tienen una cita en la capital italiana con Antico Caffè Grecco (Vía Condotti, 86), una de las cafeterías más antiguas de la ciudad, abierta desde 1760. Por ella han pasado algunos de los escritores más famosos del mundo como Stendhal, Mary Shelley, Lord Byron, Goethe, Charles Dickens, Hans Christian Andersen o Schopenhauer.
The white horse (Nueva York)
Entre los asiduos a este pub situado en el West Village (567, Hudson Street) cabe citar a los escritores Dylan Thomas, Jack Kerouac, Norman Mailer o James Baldwin. Asimismo acudían a él cantantes como Jim Morrison y Bob Dylan, Premio Nobel de literatura en 2016.
Les Deux Magots (París)
Situado en la plaza Saint-Germaine-des-Près, número 6, este local fue frecuentado por el Premio Nobel André Gide, Ernest Hemingway, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Ernesto Sabato o André Breton.
Els Quatre Gats (Barcelona)
Este local, situado en Carrer de Montsió, se convirtió en uno de los más famosos entre los artistas y literatos que acudían a Barcelona. El poeta Ruben Darío fue uno de los primeros en visitarlo, y Santiago Rusiñol uno de los asiduos.